Nos ha dejado Prince. Tenía 57 años y acaba de emprender una gira celestial. Su nombre y su arte está inscrito en los aconteceres musicales de A Coruña como una fecha histórica, el 25 de julio de 1990, cuando por primera vez los circuitos internacionales de la música llegaban a la ciudad y traían a una de sus más excelsas figuras, Prince, un cantante, compositor y multi-instrumentista de rock, soul, funk estadounidense considerado por aquel entonces como uno de los artistas más importantes e innovadores, fundador del llamado “sonido Minneapolis” que venía con su gira “Nude Tour”, en un óptimo momento creativo e interpretativo.
Coincidencia con Madonna
Alrededor de 25.000 personas –que pudieron ser más de no mediar la “infeliz” coincidencia de fecha y hora con el concierto de Madonna en Vigo– acudieron a la cita en un recinto inusual como el campo de deportes del Colegio Santa María del Mar habilitado para la ocasión al no estar “disponibles” el campo de fútbol de Riazor y el Pabellón de Deportes que posteriormente albergó dos conciertos de Tina Turner.
Días antes del concierto el equipo de producción realizó un trabajo ímprobo y costoso para adecuar el recinto a las exigencias de un concierto de gran envergadura.
Para abrir boca y calmar la expectación aparecieron en el escenario las holandesas Lois Lane que a última hora sustituyeron a Ketama como teloneros. Cuando el “Príncipe Púrpura”, saltó al escenario fue recibido como un “Rey de Corazones”, puesto que los del público empezaron a vibrar y marcar el ritmo del funky de “The Future” y no pararon hasta el final cuando después de una traca de fuegos de artificio dijo “bye, bye” con un “repeat” del “Respect” de Ottis Redding que había bordado Rosie Gaines, la teclista y vocalista del grupo.
Autopista del deleite
Durante todo el concierto, Prince llevó a la audiencia por las autopistas del deleite y la emotividad con una música sentida con la aplicación evolucionada de sus evidentes raíces de r&b, funky y soul y en medio, un alusiones directas a A Coruña cuando la letra se prestaba a ello. En plena euforia rítmica el punteo de la guitarra de Prince, impregnado en emotivos y agresivos sonidos del genio Jimi Hendrix, el “Principe” arremetió con una nueva e impresionante versión de “Purple Rain” que dejó “KO” al público por su belleza.
Solo los elegidos como él pueden jugar con las emociones y con las sensaciones. Así transcurrió un concierto que a muchos nos elevó hacia las nubes… Allá donde ahora, más arriba, su estrella artística ilumina el firmamento de la música. ¡Bye,bye!