Reportaje | Una leyenda atraca en el paseo de O Parrote

Reportaje | Una leyenda atraca en el paseo de O Parrote
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Se dice que los ocho músicos de la orquesta del “Titanic” no dejaron de ponerle banda sonora a la desgracia  y siguieron tocando aún sabiendo que el buque tocaba fondo. Hoy, O Parrote saca a flote uno de aquellos violines que trataron de calmar a los pasajeros en la noche del 14 de abril de 1912. 
El instrumento de cuerda forma parte de una exposición que completa la historia con testigos inertes y la maqueta del barco de doce metros de longitud y 4,5 metros de ancho donde el visitante se puede recrear e incluso imaginarse a Leonardo DiCaprio bajando y subiendo escaleras. 
En una carpa en el paseo se erige este pequeño homenaje a la tripulación que naufragó en medio del Atlántico gracias a uno de los que mejor se informó del suceso, Jesús Ferreiro, que pilotó durante años el programa de radio “Onda pesquera”. Esto le permitió entrevistar a algunos de los que sobrevivieron. Aquí se puede ver una colección de objetos que van desde vestidos de gala a herramientas con la recreación del buque como pieza estrella. Y es que el mini “Titanic” tiene hasta tres mil puntos de luz y permite hacerse una idea bastante realista de cómo eran sus tripas y escenificar las historias que se cuentan acerca del hundimiento.
Además, los curiosos podrán recorrer la exposición con un equipo de sonido individual en una hora y media de explicación, que parte con el visionado de un documental producido por la Fundación Titanic, los organizadores de la iniciativa.
Aunque el buque copa las miradas en un primer impacto, el segundo se va hacia el coche original del “Titanic”, un Brush D24, fabricado en Detroit (EE.UU.), casualmente el mismo mes y año de la construcción del barco siniestrado, 1909. Está considerado el automóvil más antiguo del mundo que todavía arranca.
Asimismo, completan el paseo documentos e imágenes originales en una puesta en escena dirigida a todos los públicos ya que es difícil que a alguien se les escape este capítulo de salitre. 
Desde la Fundación Titanic se organizarán visitas didácticas para escolares, que le pondrán su toque al buque de los sueños. Granada, Vigo, Barcelona, Tarragona, Bilbao y Santander. En puertos de distintos mares, arriba  “Titanic The Reconstruction”, que es, en realidad, una oportunidad para saltar al pasado y zarpar con el que estuvo considerado el mejor hotel y restaurante del mundo, que sirvió ostras, alcachofas y trufas. 
A bordo, están las historias personales que  dan idea del pánico que se vivió dentro, que cuentan el antes y el después al tropiezo con aquel iceberg. l

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