Mañana es el día. El Deportivo juega una nueva final. Aunque no es definitiva y el equipo tiene aún algún comodín para dejarse en el camino hay que interpretar este y cada uno de los envites que queden hasta el ascenso como un partido decisivo, sin retorno, sin vuelta atrás.
Lo bueno del asunto también es eso, la calidad de que el choque no sea a cara o cruz, que haya segundas oportunidades, pero lo mejor es sentenciar cuanto antes y Riazor tiene hoy la posibilidad de poner medio ascenso en bandeja.
el pasado reciente
La verdad es que el pasado más reciente, en partidos sin retorno, sin una segunda oportunidad (no como el de hoy) no ha sido especialmente halagüeño.
En la temporada pasada el equipo se jugó la permanencia en la última jornada y acabó en Segunda. Hace tres años ocurrió exactamente lo mismo. Sin embargo, por el medio, está la temporada del último ascenso. El Depor consiguió mantener a raya a escuadras potentes como Celta y Valladolid y, a la primera oportunidad, materializó el ascenso de manera inminente.
Si nos ciñésemos a finales ‘de verdad’, las que dan un título, la estadística sería más que favorable, porque el RC Deportivo ha ganado en todas las que ha participado.
Pero este encuentro es otra historia. ‘Vale el empate’, según comentó Fernando Vázquez, pero Riazor y el deportivismo merecen una victoria. La necesitan. Es cierto que técnico y jugadores están decididos a vencer y se sienten en un buen momento de forma. Se ven capacitados para ganar. Riazor, además, mostrará sus mejores galas, con un lleno absoluto, que empujarán a los blanquiazules en pos de la victoria.
Se junta todo y todo positivo en esta nueva final. Por si la fiesta previa fuera poca también es el ‘Día de las peñas’. La presencia de las agrupaciones blanquiazules de toda España dará a Riazor un aspecto espectacular en una jornada propicia para que acabe en el ensayo de la celebración del ascenso en caso de victoria.
El deportivismo tiene una nueva cita con la historia en este encuentro en el que no solo el estadio, sino toda la ciudad, vibrará de manera acorde y unísona para animar al equipo.
De vencer el paso será de gigante. Al menos cinco puntos con el tercer clasificado con nueve en juego. Con otra victoria, por ejemplo en Soria, se podría ascender dos jornadas antes del final del campeonato.
Por eso, y con todo respeto a las palabras de Fernando Vázquez en rueda de prensa, ¡no vale el empate! Sirve, sí, pero de antemano no nos vale.
El Deportivo y su afición tienen una gran oportunidiad de empezar a sufrir menos de lo que se ha sufrido esta temporada. Vencer es casi besar la Primera División y no hay que esperar. Precisamente porque en los últimos años hemos visto un ascenso antes de que acabase la Liga, sin darle más tiempo al calendario, y dos descensos en la última jornada cuando el equipo se jugaba el todo por el todo. ¡Aguanta, Depor, aguanta! Pero gana el partido de mañana como sea. Será el premio de toda una temporada para Riazor. n