El Instituto Galego de Estatística (IGE) publicó ayer los datos poblacionales de 2015, que ponen a la ciudad en el punto de mira de la provincia ya que es de las pocas que cubre el año pasado con cifras negativas.
En los doce meses, A Coruña perdió 66 habitantes, lo que supone un 0,02% del cómputo global, una realidad que viene dada por el número de bajas de hombres, que llegó a las 82. Sin embargo, las mujeres aumentaron su presencia con 16 altas, que se traducen en 129.222 coruñesas frente a las 129.206 que había en 2014. Por franjas de edad, el estudio deja ver que la natalidad va en detrimento y en 2015, la ciudad vio cómo su registro infantil de cero a cuatro años reflejó un bajón de 410, que suponen un total de 10.368 personas con dientes de leche entre Lavedra y Monte Alto.
La siguiente edad, de los cinco a los nueve, se recupera, pasando a tener en el año pasado 418 presencias más. Las edades con más representación son las que se sitúan entre los 35 y 39 años y de los 40 a los 44, que coinciden con el baby boom de los años 70 y principios de los 80. Si bien los que están rozando la cuarentena sufrieron un descenso de 221 personas, los que arrancaron 2015 con el dígito cuatro subieron en un 1,46% o lo que es lo mismo, 299 sujetos más.
Por otra parte, la población envejece. Prueba de ello es que entre los 80 y los 84 años, hubo un aumento de 337 coruñeses en un registro que reafirma el incremento de mayores con 578 más de 85 años para arriba.
Estas dos cifras abrazan prácticamente los 1.000 octogenarios más que los que se contabilizaron hace dos inviernos.
El área metropolitana, por su parte, se recupera del descenso poblacional de los últimos años y a excepción de Sada y Bergondo, el resto de poblaciones limítrofes con la urbe salen airosas de una estadística que coloca a Culleredo como el ayuntamiento con más fichajes del año pasado, un total de 175, que hacen que alcance los 29.286 a diferencia de los 29.111 que tenía en 2014.
estables
Abegondo es el más estable de los concellos. Solo ganó un residente en los doce meses, a diferencia de los tres que perdió Bergondo. Uno y otro se mantienen con 5.583 y 6.741 personas, más mujeres que hombres y en un mapa de la vida, donde Arteixo sigue en alza con 107 caras nuevas. Sin duda, su condición de localidad dormitorio se nota en un ránking que lo confirma también como uno de los que más población soporta. Llega hasta los 31.242.
Cambre no sufre demasiados cambios y consigue once individuos más hasta sobrepasar los 24.100. Carral es otro de los ayuntamientos que vio más bebés nacer en este período. En concreto, 10 pequeños dieron sus primeros pasos allí y esto influyó en que el año se saldara con 49 más que en 2014, un total de 6.122.
Oleiros es el segundo de lista con mejores cifras. Con 142 altas, solo le supera Culleredo, lo que implica un cómputo total de 34.521 vecinos frente a los 34.379 de 2014. A pesar de la mejoría, de cero a cuatro años se desprende un retroceso pasando a tener el territorio costero un recorte de 29 pequeños durante este tiempo. De cinco a nueve años, la tónica se repite con 88 niños menos dispuestos a jugar al fútbol sobre una hierba, que sí pisan más los adolescentes.
Por último, Sada es con A Coruña la que saca peor nota en materia poblacional, con 34 habitantes menos que hace dos años. De los 15.358 de 2014, se estancó en los 15.324, una realidad fruto de la bajada de la natalidad con 52 retoños menos que en 2014. En todos los consistorios que rodean a la península, el envejecimiento de sus vecinos es una constante. No hay ninguno que vea rebajada la presencia de octogenarios en el transcurso del año pasado, un fenómeno que atañe al resto del país.