El Banco Central Europeo sale al rescate del sector financiero

El Banco Central Europeo sale al rescate del sector financiero
European Central Bank President Mario Draghi addresses the European Parliament during a debate on the ECB Annual Report for 2014, in Strasbourg, France, February 1, 2016. REUTERS/Vincent Kessler

El pasado jueves el Banco Central Europeo (BCE) lanzaba un paquete ambicioso de medidas que no ha gustado a todos, aunque sí sorprendió. Draghi anunciaba bajar los tipos de interés al 0 por ciento a partir del 16 de marzo; cobrar un 0,40 por ciento a las entidades que depositen en el BCE su exceso de liquidez y aumentar el volumen de compras mensuales hasta los 80.000 millones e incluir en la lista de activos comprables empresas establecidas en la zona euro.
Además, a partir de junio se pondrán en marcha cuatro operaciones de refinanciación a largo plazo con unas condiciones tan bajas como el interés de la facilidad de depósito. 
Las razones de Draghi: que suba la inflación, aumente el crédito y despegue el crecimiento económico. La mayoría de los economistas no se han puesto de acuerdo desde entonces sobre las verdaderas consecuencias de este nuevo paquete de medidas.
Muchos piensan que las reformas que Europa necesita se retrasan precisamente por las facilidades que ofrece el BCE a la deuda pública de los países.
En cuanto a los mercados de acciones, como casi siempre pasa con las reuniones del BCE, los inversores también en esta ocasión hicieron una doble e incluso triple lectura de las medidas adoptadas. De hecho, en cuanto empezaron a filtrarse, las bolsas subieron como la espuma, sobre todo los bancos. 
Sin embargo, cuando empezó a hablar Draghi, se diría que a cada frase bajaban un poco los índices. De hecho, al cierre de los mercados, algunas bolsas lo hicieron en negativo. La española se salvó por los pelos. Ya el viernes, en una tercera lectura, las bolsas abrieron con fuertes ganancias y así cerraron. 
El Ibex daba carpetazo a su cuarta semana en positivo, con subidas en el sector bancario, que en algún caso concreto fue de dos dígitos. Al cierre, el selectivo español superaba los ansiados 9.000 puntos.
Veremos en sucesivas sesiones qué ocurre, porque los dos grandes focos de preocupación siguen: China y el petróleo. Muchos analistas piensan que no se harán las reformas, Europa se japoniza y muy probablemente el BCE no consiga sus objetivos. De hecho, el propio organismo ha rebajado sus previsiones de crecimiento para la eurozona.
En concreto, Mario Draghi anunció que la inflación de la eurozona se situará este año en el 0,1%, frente al 1% estimado el pasado mes de diciembre por los técnicos del banco central. En 2017, la tasa de inflación de la eurozona repuntaría hasta el 1,3%, pero aún así se situaría por debajo del 1,6% previsto anteriormente. De cara a 2018, el BCE espera que los precios subirán un 1,6%.
En cuanto al crecimiento de la zona euro, las nuevas previsiones del BCE contemplan una expansión más débil, con un crecimiento del 1,4% en 2016, frente al 1,7 por ciento esperado en diciembre, mientras que para 2017 la entidad prevé una expansión del 1,7 por ciento, cuando en su anterior estimación calculaba un 1,9 por ciento.
De cara al año 2018, las previsiones de la entidad apuntan a un crecimiento del PIB de la zona euro del 1,8%.
El presidente del BCE destacó que aún prevalecen riesgos a la baja para las expectativas de crecimiento de la región dada la incertidumbre de la economía global y los “mayores riesgos geopolíticos”.

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