Como cada vez que visita Galicia, Javier Ares no duda en compartir su experiencia vital con sus paisanos de Betanzos. En esta ocasión, con motivo del treinta cumpleaños de Greenpeace España, como activista de la organización, a la que pertenece desde sus inicios y con la que ha recorrido el planeta promoviendo la paz y protegiendo la biodiversidad en todas sus formas: “nuestra máxima es la acción, pero siempre no violenta”, dice Japi.
No podría solo elegir una de las acciones en las que ha participado como la más importante de su carrera porque “todas son especiales y, aunque es verdad que a veces salimos a jugarnos la vida, es una lucha constante de un David contra Goliat”.
“Greenpeace España - 30 Anos de Accións” es el título de la charla-diaporama que ofrecerá mañana, a partir de las 20.30 horas, en la Sala Azul del Liceo, donde tratará de acercar al público su experiencia personal como activista de una organización internacional que él mismo define como un “mosquito” que, a base de constancia, suele alcanzar sus objetivos: “Un mosquito al lado de un hombre no es nada, pero un mosquito cuando estás en la selva dentro de tu habitación no te deja dormir, y así actuamos en Greenpeace”.
Después de años recorriendo el mundo, hace cuatro decidió asentarse en Menorca, pero sin dejar de ser el “espíritu inconformista” que, en contra de “una educación homogénea que solo persigue normalizarlos”, decidió salir de Betanzos. “No reniego de esto, porque sino no estaría aquí, pero en su momento sí lo hice de una forma de vida en la que todo gira en torno a una mesa, porque quise salir del adulto adulterado al adulto primigenio”, dice Japi.
En una primera etapa como trotamundos, convivió largas temporadas con los indígenas, tanto en Suramérica, con la tribu de los Kamayurá, en Brasil, como en Papúa, en Indonesia. Insiste en que, con ellos, aunque sin dinero y sin ropa, fue donde consiguió su sueño, al lado de personas “que valoran lo que no se valora en Occidente”.
Ahora, la suya en Menorca es “una vida simple”, dedicado al Diseño Humano, una herramienta que combina ciencias contemporáneas con disciplinas antiguas con la que enseña a las personas “a tomar decisiones”, añade Javier Ares.
En algo más de 24 horas, recuperará su mochila y sus fotografías para repasar, con los betanceiros, sus años de activismo en Greenpeace. Con él, voluntarios de A Coruña, que se desplazarán a Betanzos para informar a todo aquel que lo solicite, sobre el trabajo de la organización y cómo colaborar con ellos en España. Pero antes, y teniendo en cuenta que se trata de un ecologista vinculado a Miño, es obligada la pregunta a Japi sobre la polémica de la Praia Grande. En las últimas horas, ha hablado con los vecinos, con los que comparte indignación, y entiende que “las prisas no son buenas”, cuando menos, quienes ejecutan el relleno deberían contar con un estudio de impacto ambiental.