Los fuertes vientos que ayer se llevaron paraguas y hicieron tambalearse carteles apenas llaman ya la atención de los coruñeses. Y no es de extrañar: desde que comenzó el año, la ciudad apenas se ha librado una semana de las alertas por temporal y los días secos pueden contarse con los dedos de una mano, según los datos facilitados por Meteogalicia.
Enero comenzó ventoso, con alerta naranja y rachas de viento de hasta 80 kilómetros por hora el día 1, y, a tenor de las predicciones meteorológicas, así concluirá también, con viento y lluvias como los registrados durante toda la jornada de ayer. Entremedias, dos alertas rojas en el mar –una de ellas, la que el Día de Reyes causó la ola que se llevó a tres personas en el faro de Meirás, en Valdoviño y en la ciudad causó un susto a varios curiosos alcanzados por una fuerte ola en la explanada de Las Esclavas– y media docena de alertas naranjas en el litoral por olas y viento, en una sucesión de temporales que solamente se tomó un respiro la semana pasada.
Para ayer, la Xunta había activado en la costa coruñesa la segunda alerta roja del año ante la previsión de olas de hasta nueve metros y, de forma preventiva, el Ayuntamiento cerraba los espacios verdes próximos a la costa –los jardines San Amaro, San Carlos y de Las Esclavas– y suspendía por precaución todas las actividades al aire libre previstas.
salidas de Bomberos
No obstante, las consecuencias de la última borrasca fueron suaves y apenas se produjeron incidencias importantes. La única salida de los Bomberos originada de forma directa por el viento se producía a las tres y media de la tarde, cuando los equipos acudían al polígono de A Grela para retirar un cartel que amenazaba con soltarse en la calle de Gutenberg. A esa hora se registraban otras salidas, una para retirar una chapa metálica en As Lagoas y otra, a la avenida de Finisterre, donde se estaba produciendo una caída de cristales desde el ventanal de un octavo piso, a la altura del portal 290.
El temporal sí se dejó notar en Alvedro, donde el viento obligó por la mañana a desviar un vuelo procedente de Madrid, que tuvo que aterrizar en el aeropuerto de Santiago. Además, la conexión del mediodía con Madrid (tanto el vuelo de ida como el de vuelta) se cancelaban a consecuencia de las rachas de viento, de hasta 34 nudos.
Para lo que resta de semana, las predicciones de Meteogalicia hablan de mucha inestabilidad, con alta probabilidad de que un nuevo frente frío entre en la ciudad el sábado y el domingo, a consecuencia de un cambio de vientos, que pasarán a ser del noroeste. Las previsiones hablan de una alta probabilidad de lluvias y nieves por debajo de los 1.000 metros, lluvias que se espera que continúen la próxima semana.