bordo del “Titanic” viajaban diez pasajeros españoles, y hay dudas de si también lo era uno de sus tripulantes, pero, sin embargo, llama mucho la atención que ninguno de ellos fuese natural de Galicia, ya que, en los primeros años de 1900, los gallegos representaban el 63 por ciento de toda la emigración española.
El “Titanic”, y todos los grandes buques de su época, se construyeron, sobre todo, para embarcar emigrantes, la gran mayoría de origen muy humilde, que necesitaban abandonar sus tierras para ir a lo que entonces se llamaba “hacer las américas”. En el mes de abril de 1912 embarcaron en el “Titanic” pasajeros procedentes de Madrid, Cataluña, País Vasco y Asturias, entre otros, pero ninguno de Galicia. ¿Por qué?
Naturalmente, también en Galicia, el buque más famoso para cruzar el Atlántico era el “Titanic”, llamado “el buque de los sueños”, que se estaba construyendo en Belfast (Irlanda del Norte) y que era el barco más grande del mundo.
Según explicó la Fundación Titanic, en aquellos años, los puertos de A Coruña y Vigo eran los puertos españoles más importantes para embarcar rumbo a “las américas” y, desde esos puertos, salieron muchas personas, especialmente con destino a Cuba, Argentina, Puerto Rico, México, Uruguay y también, algunos, hacia Nueva York. Los gallegos que más emigraron en 1912 procedían de las provincias de Lugo, A Coruña y, en menor cantidad, también de Pontevedra, por lo que, al tener los barcos tan cerca de sus pueblos, en A Coruña y en Vigo, la mayoría optaron por no navegar hasta Inglaterra y allí embarcar en el más famoso de los cruceros: el “Titanic”.
Otro de los motivos era el coste de los billetes que, al embarcar en España y en buques españoles, suponía el ahorro de más de la mitad del precio que hacerlo en Inglaterra o Francia.
Perfil
Los emigrantes españoles, en 1912, tenían una media de edad de entre 14 y 26 años. El 93 por ciento eran solteros, el 82 por ciento procedían del medio rural, no tenían apenas estudios y el 72% eran hombres. Pero, aunque en el “Titanic” no había ninguna persona gallega, sin embargo, se da la curiosa circunstancia de que el único cargamento español que viajaba en las bodegas del barco británico era una caja especial con encajes de Camariñas, con destino a Nueva York.
En la exposición “‘Titanic’, The Reconstruction”, que se puede visitar en el Museo Marítimo de Barcelona, se exponen varios encajes similares a los que se hundieron en las bodegas del transatlántico. l