La Tercera Ronda es una gozada. Conecta en un suspiro las dos puntas de la ciudad en su tramo inicial, y pone a los coruñeses camino de Madrid en Ledoño o del resto del mundo en Alvedro con total comodidad.
Pero está incompleta. Y es en ese tramo intermedio en donde se ha comenzado a construir el mascarón de proa del proyecto: un espectacular viaducto de 485 metros de longitud y una altura máxima de 35 metros, el equivalente a la altura de la sede del Banco Pastor, en los Cantones.
Comienza la construcción del puente de Pocomaco, cuya altura máxima equivale al edificio del Banco Pastor
salvar pocomaco
La solución ideada por los ingenieros para unir As Rañas con la zona más próxima al castro de Elviña consiste en un tronco de doble tablero con otros dos puentes paralelos que sostendrán las carreteras colectoras de los enlaces. En total, once vanos de cuyos pilares ya se puede apreciar en algún caso la base de la estructura.
De esta manera, y tras abandonar otro gran viaducto –el de Lonzas, de 364 metros, y cuya construcción está ya muy avanzada– los conductores “sobrevolarán” las vías de la alta velocidad, la glorieta de Pocomaco y evitarán buena parte del valle conformado por las dos laderas. A continuación, con un giro de casi 90 grados, la Tercera Ronda ascenderá por A Zapateira hasta llegar a la actual rotonda que da paso al tramo de Culleredo.
La construcción del viaducto, que se resuelve con vigas prefabricadas, ocupará a la empresa adjudicataria durante cerca de un año y se realizará en paralelo a los trabajos de desmonte y adecuación del tramo final, el más empinado, que salva el desnivel principal de A Zapateira.
Por poner un ejemplo, el drenaje que ya se está instalando en la parte más alta dispone de tuberías de 1,80 de diámetro, de forma que una persona de estatura mediana podría caminar erguido por su interior
OPERACIÓN COMPLEJA
La obra es compleja y acarreará un par de desvíos de la circulación. En esta primera fase se está acometiendo la elevación de las líneas de alta tensión para liberar espacio aéreo. Para ello se acaban de instalar dos torres metálicas que doblan en longitud a las originales.
El trabajo de los especialistas les obliga estos días a suspenderse de los cables mediante arneses a alturas de escalofrío.
el poblado de as rañas pone la seguridad
Los habitantes del asentamiento gitano de As Rañas han encontrado una oportunidad en las obras que se ejecutan a la puerta de sus casas. Tal y como anuncian en rudimentarios carteles, han sido encargados de la vigilancia de la zona durante la ausencia de los obreros. Algo parecido había sucedido en Penamoa con el primer tramo antes del fin del poblado.