Desde que la llegada del circo a las ciudades se anunciaba a gritos por las calles han cambiado muchas cosas. Sin embargo, si hay algo que se conserva intacto en el mundo circense, es la tradición. Es un oficio de familia, dicen quienes lo integran. Y en el caso del circo Wonderland, se cumple a la perfección. Esta compañía, formada en Italia pero desarrollada desde hace más de 30 años en España llega estos días a O Burgo para ofrecer a todos los coruñeses la magia y la ilusión que sólo la gran carpa del circo puede albergar.
Y aunque ya no se anuncian a voces, ni se estila aquello del pasen y vean, siguen ofreciendo la misma espectacularidad y suscitando el mismo interés que lo hacían los pioneros del arte. En esta ocasión, bajo la carpa del Wonderland se podrán ver tigres de Siberia, acróbatas, avestruces, bailarines, monociclos, espectáculos de magia, y cómo no, payasos, entre otros espectáculos. Ofrecemos todo lo tradicional del circo pero adaptándolo a los nuevos tiempos, explica el director de la compañía, Ringo Macaggi.
Nuevas apuestas > Un equipo de artistas formado por cerca de 25 profesionales dan forma a este espectáculo que, a lo largo de unas dos horas, hará las delicias del público más soñador.
Para abrir boca, el show comienza con la actuación de los tigres siberianos, seguidos del equipo de baile, que da paso al resto de animales. Los animales son muy espectaculares, confiesa el propio director. Y es que los años al frente de la empresa dan esa experiencia que permite mejorar y reinventar día a día el espectáculo. Sin embargo, Macaggi es incapaz de encumbrar uno de los números como la estrella. Todos son increíbles, afirma el directivo.
En esta ocasión, un joven malabarista de 15 años acompaña a la compañía. Destaca sobre los demás, porque trabaja con hasta ocho pelotas, explica Macaggi. Pero también lo hacen los números aéreos, la antipodista (que realiza malabares con los pies) y el trapecista, que ejecuta sus ejercicios con los pies y la cabeza sobre el trapecio. Todos son muy buenos, afirma el director.
La gran novedad que el circo acerca este año es el espectáculo Piratas del Caribe. Se trata de una serie de números aéreos que incluyen mucha accción, explica el responsable del circo. Tres acciones simultáneas se desarrollan ante los ojos de un público que permanece atónito y atento a las duras peleas con espadas que se producen a pocos metros de las butacas.
El show final que cierra el espectáculo, que tiene una duración aproximada de unas dos horas, consiste en un desfile de toda la compañía de artistas. Una gran familia itinerante, integrada por virtuosos procedentes de todos los países, a los que se suman unos 30 o 40 contratados. Aunque la base es la familia, recurrimos a personal de fuera porque el espectáculo es tan grande que necesitamos refuerzos, sentencia.