Said Muti | “Quiero que quien escuche este disco no vea en él un producto de consumo más”

Como si se tratara de un libro, el disco que viene a presentar mañana, a las 21.30 horas, en la sala Le Club, “Habitación 828” se limita a lo que pasa en un hotel donde la gente de su raza pasa horas, un punto en el que las historias se cruzan y se vive intensamente y que se puede trasladar a la vida. 

Said Muti llega a la ciudad con un trabajo “más acústico” y canciones que pesan, “más fuertes que nunca y que suenan diferente”. A pesar de que ningún tema responde al número de una habitación, el guitarrista tituló al conjunto así por eso de darle un sentido y porque estos lugares que miden su calidad por las estrellas en su solapa de cemento “son sitios de tránsito, donde pasan cosas que se cuentan o no” y si en el anterior, Said Muti mostró un registro más afilado y visceral, este álbum le pidió calma y calma le dio. 

Cuenta que lo que quería era llegar y tocar, “que la persona se sintiera identificada”, además del sonido, que acaricia lo indie y es pop. En las diez pistas, hay un poco de todo. Está el amor, que no puede despegarse de su antónimo. Van de la mano con el odio y el conjunto es vida, en definitiva, que sale de las tripas del artista y se hace canción. 

Por la profesión que eligió, “los hoteles son como los bares lugares comunes y esto me hizo pensar lo que puede pasar en la habitación de al lado, que puede ser algo totalmente distinto a lo mío”. A Said Muti le gustó igualmente jugar con la libertad que dan estos edificios. Artista invitado de grandes como Elton John, Fito & Fitipaldis o Dani Martín, este año sumará uno nuevo en su curriculum. Y es que los de Vetusta Morla lo llamaron para que tocase con ellos.

Colaboraciones
De todas estas experiencias, aprende porque son grandes: “Elton John lleva 50 años haciendo canciones y es un honor y un orgullo. Ellos me enseñan que hay que estar todos los días al pie del cañón”. Desde que empezó a componer letras, supo que estas tenían que ser la base del caldo. Tenían que contar algo. Por eso, cuida cada estrofa. Huye de los discos “vacíos” y se considera “un artesano en tiempos veloces”. 

En un mundo donde unos se atropellan a los otros y “el consumo de redes es brutal, apenas hay tiempo para hablar con tu familia y amigos”. A la hora de musicar la vida, cree que su papel es el de contar historias parándose un poquito porque “yo mismo estoy en las redes y veo que a veces la comunicación se realiza en exceso, intoxica”. 

De ahí que “Habitación 828” ayude a depurar y frenar un rato: “Quiero que quien lo escuche no vea en él un producto de consumo más, que sienta que hay un trabajo previo”. De sentarse a discurrir y volar con temas que salieron a respirar gracias a una campaña de micromecenazgo.