Un jurado popular inicia hoy en la Audiencia de Palma el juicio contra Mónica Juanatey, originaria de Noia, acusada de ahogar a su hijo de 9 años, César, en la bañera de su vivienda de Menorca en 2008 y de ocultar su cadáver en una maleta que fue hallada en el campo en 2010.
La Fiscalía pide una pena de veinte años de cárcel para esta mujer gallega, que confesó después de su detención, practicada en Mahón en noviembre del año 2010.
La acusada fue detenida 72 horas después de que dos hermanos que buscaban leña en Binidalí, una zonal rural del municipio de Mahón, encontraran una maleta de grandes dimensiones que contenía los restos de un niño que resultó ser el hijo de la detenida.
Su identificación fue posible debido a que junto al cadáver había efectos personales del niño. La Fiscalía acusa a la mujer, en prisión desde su detención, del delito de asesinato con la agravante de parentesco.
La instrucción del caso quedó cerrada después de la elaboración de un examen psiquiátrico a Mónica y un segundo informe pericial independiente sobre su estado mental.
Tras ser interrogada por la policía, confesó haber ahogado al menor en la bañera de su casa en Mahón el 10 de julio de 2008. Desde entonces, y durante dos años, ocultó el hecho a sus allegados, a quienes hizo creer que César aún estaba vivo, hasta que aparecieron los restos en una maleta.
Entonces, admitió que había ahogado a su hijo porque se sintió “agobiada” cuando los abuelos se lo mandaron días antes desde Galicia, ya que había ocultado su existencia a la pareja que tenía entonces.
Según el escrito de acusación del fiscal, la presunta asesina mató a su hijo en su domicilio de la calle Amazonia de Mahón, aprovechando que el resto de vecinos no se encontraban en la finca, e introdujo el cuerpo en una maleta roja de gran tamaño junto con varios objetos del niño.
Bajó la maleta al coche de su pareja y, después de dar varias vueltas, finalmente la dejó en un barranco de la cala Binidalí, a metros de la carretera. n