¿Autorizará el Ministerio de Sanidad que la Comunidad de Madrid comience la desescalada el próximo lunes? Con este interrogante comenzaron ayer los trabajos del equipo de expertos que analiza con las comunidades sus peticiones para pasar a la denominada fase 1 del desconfinamiento antes de elaborar los respectivos informes, que se harán públicos entre esta noche y mañana.
La decisión final la tomará el ministro de Sanidad, Salvador Illa, a quien corresponde en última instancia responder a la demanda de Madrid, que se ha situado en el centro del debate después de que el Gobierno regional la planteara casi a renglón seguido de las dudas sobre su conveniencia expresadas por su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, que aludió específicamente a la alta ocupación de las ucis, donde hay todavía unos 600 pacientes.
La decisión de Madrid fuecuestionada por diversos expertos que desde hace dos semanas consideran que tanto esa región como Cataluña –en particular Barcelona y su área metropolitana– y Castilla y León debían retrasar su desconfinamiento a la vista de los datos epidemiológicos y sanitarios.
Cataluña y Castilla y León así lo hicieron y son las únicas comunidades que solo plantean comenzar la desescalada en una parte de sus respectivos territorios, al contrario que Madrid, la zona más afectada de España por la epidemia (con 63.870 casos y 8.504 fallecidos) donde en los últimos catorce días se han registrado unos 7.000 contagios.
El mayor número de contagios (163) los notificó Cataluña, donde según sus autoridades sanitarias existe un riesgo general moderado de infección, que se incrementa a moderado-alto en la ciudad de Barcelona.
La capital catalana, al igual que el resto de su provincia, la de Girona y casi en su totalidad la de Lleida retrasará sus planes de desconfinamiento, según la petición enviada al Ministerio de Sanidad, en la que se propone que cambien de fase las regiones sanitarias de Alt Pirineu, Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre.
La segunda comunidad con más contagios consignados este jueves, 128, fue Castilla y León, que también decidió no iniciar la desescalada en las zonas más pobladas de su vasto territorio, por lo que seguirán en fase 0 las nueve capitales de provincia y grandes localidades como Ponferrada, Miranda de Ebro o Aranda de Duero. Se postulan para avanzar 26 zonas básicas de salud, donde viven 53.000 personas, sin casos de coronavirus en los últimos siete días.
El resto de comunidades plantean comenzar de forma global el día 11 la desescalada, que el lunes iniciaron las islas canarias de La Gomera, El Hierro y La Graciosa y la balear de Formentera y que en su fase 1 permite reuniones de hasta 10 personas dentro o fuera del domicilio, apertura de terrazas hasta el 50% de su cabida, pequeños comercios sin cita previa, velatorios con un número limitado de asistente o lugares de culto con un tercio de su capacidad.
Algunas comunidades, como Aragón o Asturias, proponen para algunos de sus territorios pasar directamente a la fase 2 o intermedia, que contempla viajes a segundas residencias en la misma provincia, la apertura de las mesas de restaurantes, la de centros comerciales o las de cines o teatros con un tercio de su aforo.
Los epidemiólogos siempre subrayan que la lucha contra el coronavirus es una carrera de fondo, en la que hay que marcar el ritmo, pero sin acelerarse, porque un exceso de velocidad puede inducir a cometer errores, que el virus siempre aprovecha para rebrotar. Esta metáfora simplista sirve para el curso general de la pandemia.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha asegurado en esa dirección que para avanzar hacia la fase 1 de la desescalada la responsabilidad de la ciudadanía será “aún más importante y necesaria que nunca”, algo que confía que ocurrirá en las comunidades que pidieron dar este paso.