El Ayuntamiento de Oleiros considera que la Casa do Mar de Mera continúa infrautilizada, puesto que una de las plantas estaría aún ocupada por un colectivo, la Cofradía de Pescadores de Mera que, en la práctica, no existe, al haberse trasladado los barcos a otros puertos, como A Coruña y, sobre todo, Lorbé.
El alcalde, Ángel García Seoane, que siempre apostó por la integración de los pescadores merachos en el pósito de Lorbé, solicitará información a la Consellería do Mar, sobre la posibilidad de que el espacio pueda destinarse a colectivos de la localidad que necesitan un lugar donde reunirse o desarrollar, como el Club de Remo de Merad una asociación de marineros, que realizan diversas actividades, como la pesca deportiva, e integra numerosas familias de Mera.
Pintadas
Por otra parte, García Seoane solicita la colaboración ciudadana para dar con los autores de una nueva oleada de pintadas en la parroquia de Perillo. Al parecer, se trata de dos chicos para cuya localización pide ayuda los residentes en Oleiros. El mandatario local explicó que en los últimos días han aparecido pintadas en zonas de Santa Cristina, el puente de la N-VI, en la carretera de Montrove y en el Alto de Perillo. Lamenta que, después de lograr acabar con este tipo de prácticascon la imposición de sanciones a los padres, vuelvan a producirse este tipo de incidentes, que el regidor oleirense desvincula de los graffitis. Así, el Ayuntamiento de Oleiros pide a sus vecinos que, si presencian cualquier acto vandálico, contacten con la Policía Local para que los agentes identifiquen a los autores de las pintadas de Perillo.
Campaña
La campaña de Oleiros contra las pintadas le valió el reconocimiento e la Asociación Ecologista Arco, que felicitó al gobierno local por el éxito alcanzado en su batalla contra el vandalismo, a pesar de “los pocos medios humanos y materiales a su alcance” en comparación con los disponibles en A Coruña. Para este colectivo, el gobierno pudo demostrar que “con interés y voluntad política” cualquier objetivo se puede lograr, incluso a “acabar la plaga de pintadas que asolaba Oleiros”.
A finales de 2011, el gobierno local encomendó a dos agentes de la Policía Local que centrasen sus actuaciones en impedir que se realicen pintadas, al tiempo que dispuso severas multas a todos aquellos que las realizasen, llegando alguna a los 50.000 euros. n