El hombre de 45 años detenido por, presuntamente, matar a su mujer en Benijófar, descuartizarla y mandarla incinerar aseguró que la muerte se habría producido por la ingesta masiva de una medicación que se hallaba en el establecimiento y explicó que había intentado reanimarla durante varias horas sin éxito.

Según se conoció ayer en diversas fuentes, la intoxicación por pastillas fue la primera versión que dio el arrestado que cambió su versión para confesar que la muerte se produjo él, un veterinario de nacionalidad argentina, intentaba practicar una liposucción para poner fin a los problemas de sobrepeso y obesidad de su esposa.

Al confirmar el fallecimiento, la descuartizó y trasladó los restos a su domicilio en la localidad de Dolores, donde contactó con la empresa que habitualmente incinera los animales sacrificados en su clínica para que recogieran los supuestos restos de un perro de gran tamaño.

un cliente habitual

Relató que el sábado día 30 la empresa recogió las bolsas con los supuestos restos para su incineración y, según el comunicado del instituto armado, sin que se comprobara el contenido porque se trataba de un cliente habitual.

Fuentes cercanas a la investigación indicaron a Efe que los hijos de la pareja habían preguntado en varias ocasiones por su madre y que el ahora detenido les dijo que estaba de viaje.

La Policía Judicial de Almoradí investiga si todo formaba parte de un plan premeditado para matarla o si, realmente, fue una negligencia temeraria.

Fuentes de la Guardia Civil esperaban que el presunto agresor pasase ayer a disposición judicial pero que el plazo para ser interrogado por el juez no se cumple hasta hoy.

Según el instituto armado, el hombre se personó en el pasado viernes en el Puesto Principal de la Guardia Civil de Almoradí y expuso a los agentes que encontró a su mujer muerta en el interior de la clínica veterinaria que regenta en la localidad de Benijófar en la madrugada del 28 de marzo.