La Temporada Lírica se despide mañana y el sábado en el Palacio de la Ópera con “La Flauta Mágica”, de Mozart, que subirá a la palestra a nueve cantantes del país y pondrá al frente al director musical del Liceo de Barcelona, Josep Pons. La obra maestra del de Salzburgo viene de la mano de Els Comediants en un final de actividad que después de ofrecer un año de citas relacionadas con el género lírico dice hasta luego con la satisfacción de Amigos de la Ópera y el Consorcio para la Promoción de la Música. Ambas entidades fusionaban sus eventos estrella en uno para salpicar todo el calendario de conciertos.
El gerente de la OSG, Andrés Lacasa, habló ayer de buenos resultados y de una respuesta positiva por parte del público a los eventos que se organizaron de forma paralela. Entre toda la programación suman 30.000 espectadores. En concreto, “La flauta mágica” será un homenaje al cantante coruñés Antonio Campó, al conmemorarse 60 años de su debut en el Festival de Ópera con “Las bodas de Fígaro”, en la que todos los protagonistas eran españoles.
Con la intención de repetir ese reto, el coordinador César Wonenburger explicó ayer en la presentación que los Borja Quiza (Papageno), Mariola Cantarero y Francisco Corujo capitanean un elenco que hablará en castellano por primera vez para hacérselo más fácil a los nuevos públicos. El responsable artístico de Els Comediants, Joan Font, señaló que se introdujo en la música con esta producción y que sentía que la ópera era un género con una fuerza a nivel humano y de expresión que invitaba a abrir puertas y ventanas para que nadie se quedara sin disfrutar de la experiencia.
En este sentido, aseguró hacer todo lo posible para que la ópera se engrandezca. A golpe de ingenio y creatividad, la compañía catalana presentará una historia que es un viaje por varios estadios: “Un cuento de muchas aristas con un Papageno como protagonista”.
La mirada del Sancho Panza mozartiano es clave para llegar a la verdad, la naturaleza y la razón que desprende el título en una puesta en escena que pide llegar hasta el final. A esto se le suma, comentó Joan, que “La flauta mágica” nació con la quema del Liceo barcelonés y la confirmación de que el texto gusta tanto que sus hijos se quedaban con siete y nueve años prendados en los ensayos. Por eso, pensaron en una versión infantil.
La producción volverá a hacer magia con la batuta de Pons y la OSG, de la que afirmó que era la mejor orquesta del estado: “Hay que reconocerlo así. Es como un milagro que siga con ese interés. Con ganas de poder crecer y abarcar más”. La presidenta de Amigos de la Ópera, Natalia Lamas, recordó la trayectoria del coruñés Borja Quiza, que empezó participando en el ciclo “Novas voces galegas” y se consagró con Morales en “Carmen”. Hoy regresa de Barcelona para unirse a Cantarero, que interpretará a Pamina, y a Francisco Corujo en el papel de Tamino. Para el tenor José Manuel Zapata será la primera vez que se ponga en la piel de Monostatos y la historia poliédrica se completará con la soprano Helena Orcoyen.