Pistolas, rehenes maniatados y un gran despliegue policial: elementos propios de una película de acción que ayer saltaron del celuloide al centro de A Coruña. Los comerciantes y vecinos de la avenida del General Sanjurjo se desperezaron sobresaltados por el ruido de las sirenas de la Policía Nacional, que a primera hora frustró un intento de atraco en la tienda Musical 47. El suceso, que se produjo en torno a las 10.40 horas, pudo acabar de la peor manera posible puesto que los tres ladrones –dos hombres y una mujer– amordazaron y amenazaron a los trabajadores con varias pistolas. Sin embargo, tras acordonar la zona y recomendar el cierre de los establecimientos cercanos, los agentes detuvieron a los tres ladrones sin que se produjese ningún herido.

Los atracadores tomaron como rehenes a la dueña y a un empleado, a los que amordazaron

Según relataron varios testigos, poco antes de las 10.40 horas tres individuos encapuchados y pertrechados con pistolas entraron en el establecimiento tras aparcar su coche –un Ford Focus– delante de la puerta, con la intención de hacerse con varios instrumentos de alto valor de los que se exhiben en el interior de la tienda.

“conocían la tienda”

Una vez dentro, los atracadores, dos hombres y una mujer de aspecto joven, maniataron y amordazaron “con cinta americana” a los trabajadores tal y como comentaban en el negocio contiguo, una óptica cuyas empleadas fueron las primeras en hablar con las víctimas.

Según les contó en pleno shock por lo ocurrido Manuel, el empleado de toda la vida de Musical 47, los ladrones parecían “conocer la tienda a la perfección”, si bien un despiste de la banda permitió a la dueña activar la alarma silenciosa.

“La presión del dispositivo propició la entrega”, explica  la Policía Nacional

Mientras la Policía Nacional se dirigía al lugar tras recibir el aviso de la central, los atracadores se hicieron fuertes. “La chica tenía encañonado a Manuel y él notaba todo el tiempo como le ponía y quitaba el seguro a la pistola. Otro metía en cajas amplificadores y guitarras eléctricas mientras un tercero vigilaba”, explicó una de las dependientas de la óptica, aún sorprendida y visiblemente nerviosa.

El complicado acceso al local (está en un sótano y las escaleras son en curva) dificultó la visibilidad a los agentes pero también facilitó la detención del primero de los ladrones.

“Una de las veces que subió para vigilar lo detuvo la Policía”, afirmaron en el entorno. Fuentes del cuerpo corroboraron esta versión explicando que “en un principio uno de los autores intentó huir para, acto seguido, ser inmediatamente interceptado y detenido”. Ante tal situación “se activó el protocolo de actuación ante incidentes con rehenes”, lo que conllevó que se acordonase la zona y se alertó a un equipo de negociadores y a la unidad especial de asalto.

Arduo trabajo

De hecho, como reconocieron comerciantes de la zona, se les pidió que cerrasen durante una hora para evitar que alguna bala perdida causase víctimas.

La Policía Local, por su parte, cortó la calle al tráfico rodado y peatonal hasta las 11.05 horas. “La presión del dispositivo de cierre propició que los dos empleados retenidos pudieran escapar y la entrega de los atracadores”, aclararon desde la Policía Nacional.

El despliegue policial continuaba dos horas después pese a que las víctimas se habían trasladado a comisaría a declarar. Casi una decena de agentes recogían huellas y pruebas al tiempo que revisaban el Ford Focus frente a la puerta en busca de indicios innecesarios para explicar lo ocurrido.