Atacan la estatuta del Che horas antes de su homenaje en Oleiros

Ernesto Guevara de la Serna sigue dando que hablar 48 años después de su ejecución en Bolivia. La estatuta del Ché en Oleiros, la segunda más grande del mundo, amaneció pintada de rojo y amarillo, con la palabra “asesino” en la base de piedra, el día elegido por la asociación portuguesa Porto com Cuba  y  el colectivo gallego Terra sen Amos para rendir homenaje al líder revolucionario coincidiendo con el aniversario de su muerte en el pueblo de La Higuera.
Los actos, que se desarrollaron entre el parque de Jose Martí de Santa Cristina y la rotonda donde se levanta la escultura, de casi ocho metros de altura, se celebró bajo la vigilancia de la Policía Local de Oleiros y con la participación de su alcalde, Ángel García Seoane. Los participantes condenaron al ataque, similar a los registrados en 2008 con motivo de la inauguración de la estatua, a la que asistieron Camilo, el tercero de los seis hijos el revolucionario argentino, y una delegación del Gobierno de Cuba. 
Las banderas cubanas –también alguna gallega– y los discursos, de Gonçalo Duarte, como portavoz del colectivo portugués, y de García Seoane, flanqueado por varios ediles e integrantes de Alternativa dos Veciños, marcaron unos actos en los que, pese a las pintadas, se mantuvo la ofrenda floral ante la imagen del Ché Guevara.
En el extremo opuesto, la Asociación de Víctimas del Castrismo, que transmitieron su condena a través de un comunicado a los medios informativos de Galicia. “El infame acto de homenaje que el alcalde de Oleiros y las asociaciones procastristas que él apadrina, han realizado hoy en el monumento ilegal al Che Guevara”, recoge la nota, donde los anticastristas cargan contra Ángel García Seoane, al que no dudan en calificar como “enemigo de todo el pueblo de Cuba”.
Para Víctimas del Castrismo, el ataque responde al malestar existente en el municipio por su instalación en 2008 y con la “excesiva implicación” de su primer edil con el Régimen de Castro. 
“Consideramos y denunciamos –indicaron– que tal acto es una agresión directa a todas las víctimas de la dictadura de Fidel Castro en Cuba y en el mundo” , y “entendemos tal acto como una agresión, una burla, un desahucio y un ultraje a todos los familiares de los asesinados por el “legendario terrorista” en los fusilamientos masivos de cubanos inocentes perpetrados en La Cabaña entre 1959 y 1961”. 
En la misma línea, consideraron el homenaje “una persecución a toda la colonia de cubanos exiliados en España”.