Hace algún tiempo dije todo lo que pensaba sobre el actual presidente del Gobierno autonómico catalán, Artur Mas. Creo que fui claro en mis afirmaciones y planteamientos que, con el paso del tiempo, me han ido dando la razón. De todos modos hoy no me puedo extraer de volver a incidir sobre este personaje político cuando faltan tres días (campaña, reflexión y votación) para los comicios que se van a celebrar en Cataluña, terceros en los últimos cinco años. ¡¡Todo un récord!!
Vuelvo a referirme a usted, señor Mas, para recordarle que la Pasión, título de mi artículo, es “un sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón”. Qué duda cabe que la definición se ajusta a lo que está haciendo para llevar a miles de catalanes a un callejón sin salida, intentando promulgar de modo unilateral una Independencia para esa hermosa tierra en la que moran más de siete millones de habitantes.
Creo, Artur, que no debe seguir falseando la verdad con su verborrea fácil, con corte de manga incluido, y partiendo de una premisa falsa para arengar a las masas, repitiendo hasta la saciedad aquello de: “España nos roba!!” Seamos serios, juega con fuego y con cosas tan importantes como la pertenencia a la Unión Europea, seguir dentro del euro, la ONU, el Fondo Monetario Internacional o la OTAN. Se lo han dicho, por activa y por pasiva, los mandatarios de organismos, las máximas autoridades políticas, los colectivos empresariales, profesionales y empresarios de primera línea, los banqueros, los responsables de los sindicatos mayoritarios y hasta el máximo organismo regulador de la banca, pero no quiere ni entenderlo ni dejar que los demás catalanes lo puedan entender por su cuenta y riesgo y no en base a declaraciones manipuladas y medios de comunicación propagandísticos al servicio de la estéril causa secesionista que defiende.
Sigo sin entender sr. Más que mantenga con firmeza que para realizar algún cambio en el Estatuto o en determinadas leyes sea necesario el voto positivo y de los dos tercios del Parlamento catalán. Y para proclamar la Independencia le baste con que la mitad más uno de los diputados o de los votos conseguidos sean suficientes para un acto de secesión que va contra la Constitución y la legalidad vigente. Está arrastrando a ese mismo pueblo catalán que hace ahora 37 años, con una participación superior al 68 por ciento, apoyó la Carta Magna con el 90 por ciento de votos favorables. Es ese pueblo al que quiere llevar a un lugar donde el retorno es difícil y las heridas inferidas serán grandes y podrían durar abiertas mucho tiempo.
Me parece tremendamente manipulador, por no utilizar otro calificativo, convertir la fiesta oficial de Cataluña, la Diada, en una marea secesionista. ¿Qué opinaría Rafael Casanova, conseller en Cap y héroe de la resistencia? Recuerde que la ofrenda floral se realiza desde 1888, y que en 1977 se salió a la calle, con total justica, para pedir la recuperación del autogobierno. Ha cambiado muy torticeramente el término Catalanismo por el de Independentismo. Y usted lo sabe.
Da la impresión de que tanto secesionismo, tanto independentismo es una gran cortina de humo con doble vertiente. En primer lugar para forzar que el Gobierno de España se siente a negociar prebendas económicas mejores para Cataluña. Y en segundo, para que no se hable de la corrupción política encabezada por el que era mandamás de su Gobierno autonómico y de su Partido, Convergencia, Jordi Pujol. Unos hechos que debo recordarle se produjeron, en gran medida, estando usted dentro del ejecutivo y llegando a ostentar el cargo de conseller en Cap. Casi nada.
Me quedan muchas preguntas esperando respuesta por su parte. Recordaré algunas que considero importantes: ¿Qué va a ocurrir con la libre circulación de personas? ¿Cómo va a hacer frente a los costos de Sanidad, Educación, Servicios Sociales y Pensiones? Y los funcionarios, ¿podrán cobrar sus nóminas? Sigue sin decir la verdad numérica cuantificada en euros sobre ese hipotético beneficio fiscal de la independencia. Explique, si es que lo sabe, de dónde salen los miles de millones de euros del déficit fiscal del que tanto habla. En fin, podría hacer interminable el capítulo de medias verdades, mentiras, manipulaciones y tergiversaciones torticeras y partidistas, que está generando en su huida hacia adelante y con su campaña de oídos sordos.
Groucho Marx muy atinadamente en su día dijo: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Y “Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria”· En estas frases está más que reflejado lo que le está haciendo a millones de catalanes que no se lo merecen. Claro que Groucho Marx era un cómico serio…