El joven español Daniel Sancho terminó este miércoles después de alrededor de tres horas su declaración en el juicio en su contra en Tailandia por el supuesto asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, que hoy se centró en responder a las preguntas de la acusación.
En la sesión de la mañana, que comenzó alrededor de las 10.30 hora local (03.30 GMT) y se extendió durante más de tres horas, se dio por concluido el testimonio de Sancho, que comenzó ayer martes con el turno de las preguntas de la defensa y terminó hoy con el de la acusación.
Sancho declaró principalmente en español, aunque también en inglés, con la ayuda de un intérprete al tailandés.
El interrogatorio de la Fiscalía fue incisivo, según pudo saber EFE, y en él también participó la coacusación, que representa a la familia de Arrieta, y cuyos abogados pudieron hacerle preguntas.
Al abogado defensor de Sancho, Apichart Srinual, también se le permitió este miércoles formular preguntas a su cliente.
La Fiscalía acusa a Sancho de tres delitos: asesinato premeditado, que Tailandia castiga hasta con la pena de muerte, si bien apenas la aplica; ocultación del cadáver, por el descuartizamiento de Arrieta; y destrucción de documentación ajena, por el pasaporte del cirujano.
Sancho se ha declarado hasta la fecha no culpable tanto del asesinato como del delito de destrucción de documentación ajena, y ha aceptado únicamente el de ocultación del cadáver, cuyos restos fueron esparcidos por varios lugares de la isla tailandesa de Phangan, incluido el mar, tras el supuesto crimen el pasado 2 de agosto.
Tras la declaración de Sancho se produjo un receso de la vista, después de la cual testificarán el médico forense Manuel Carrillo, que ratificará un informe que ha realizado sobre la muerte de la víctima, en concreto sobre un golpe en el occipital, y el psicólogo forense Pedro Mateo, que analizará el comportamiento y reacciones del acusado en relación al descuartizamiento.
También declarará un tercer testigo de la defensa, el psicólogo Iván Velasco.
El acusado confesó en un primer momento el crimen frente a la Policía tailandesa el pasado agosto, pero luego afirmó que se trató de un accidente, insistiendo en que la muerte del cirujano, a quien conocía desde hacía un año y con quien quedó en Phangan, se produjo durante una pelea y que actuó en defensa propia.
El español se encuentra en prisión provisional en Samui, isla cercana a Phangan, desde el pasado 7 de agosto, desde donde se desplaza al tribunal para cada sesión, con la última prevista en principio el 3 de mayo.