Un hombre acusado de los delitos de atentado agravado con uso de vehículo a motor, de lesiones y de abandono del lugar del accidente ha aceptado una pena de tres años y seis meses de prisión por arrollar en 2021 a un agente de la Guardia Civil en el término municipal de Sada y darse a la fuga.
No obstante, Fiscalía ha aceptado la suspensión de las condenas de cárcel con la condición de que el encausado no cometa ningún delito y continúe con el programa de tratamiento de su drogodependencia por un plazo de cinco años.
Lo ha hecho tras un acuerdo entre las partes personadas en el juicio previsto para este lunes, día 7, en la sección primera de la Audiencia Provincial coruñesa.
Ha sido tras reconocer los hechos el procesado y acordarse la pena de tres años y un día cárcel por el primero de los delitos, el pago de 2.160 euros de multa por el segundo y seis meses de prisión por el tercero, así como la privación del derecho de conducir vehículos a motor durante cuatro años.
Además, el abogado de la defensa solicitó la suspensión de la ejecución de las penas de privación de libertad alegando que el condenado carece de antecedentes penales y aportando una certificación que acredita la condición de drogodependiente de larga duración de su cliente. También ha argumentado que los delitos se cometieron "a consecuencia de la ingesta de cocaína y alcohol".
"Ofreció oportunas aunque tardías disculpas a la víctima de estos hechos", ha añadido el letrado durante la vista. Asimismo, ha asegurado que el hombre "sigue a tratamiento" por sus adicciones y se encuentra en una "situación laboral y familiar reinsertada y estable".
Por ello, la juez acordó la suspensión firme de las condenas de prisión con la condición de que el varón no delinca en un plazo de cinco años y se mantenga en el programa de rehabilitación durante ese período.
Según consta en el escrito del Ministerio Público, los hechos se produjeron sobre la una de la madrugada del 11 de diciembre de 2021 cuando el procesado conducía por la N-VI "con sus facultades psicofísicas sensiblemente disminuidas por los efectos de las bebidas alcohólicas que, con anterioridad, había consumido".
A la altura del punto kilométrico 582,500 de la citada vía, en el término municipal de Sada, al encontrarse con un control policial, "el acusado, que circulaba sin la prudencia que le era exigible y por encima del límite de velocidad de 40 kilómetros/hora, arrolló a un agente de la Guardia Civil".
El hombre, sostiene Fiscalía, "fue plenamente consciente del siniestro", recoge su escrito que relata los daños que hubo en el coche. No obstante, sostiene que no detuvo la marcha y se ausentó del lugar, parando el vehículo en el polígono industrial de Bergondo donde trató de ocultarse y donde fue localizado. Por el impacto, el agente sufrió policontusiones y una fractura de la tibia, teniendo que ser intervenido.