Tres ciclos a la baja

Solo permitiendo que las preferencias políticas se metan en el teclado del periodista puede uno motivarse ante la teatral representación de la clase política en vísperas de la doble llamada a las urnas. La campaña tiene confiscada la vida pública y, por supuesto, el papel de los medios de comunicación. Si no te implicas en favor de tus colores, lo mejor es pedir a los dioses que pase cuanto antes esta farsa insoportable.
 

Tratemos de sobrevolar el día a día de la campaña para centrarnos en las tendencias de fondo. Oigo hablar en distancia corta a un renombrado teólogo de la demoscopia electoral sobre el final de tres ciclos políticos en la doble convocatoria de este año. El primero sería la “nueva política”. El segundo, el “proces” de Cataluña. Y el tercero, el sanchismo, aunque tal vez debería colocarlo en primer lugar.
 

La nueva política nació en la segunda década del siglo XXI. Podemos por la izquierda (populismo en vena) y Ciudadanos por la derecha (con sed de centralidad). Coincidían en su aversión al bipartidismo, pero han hecho un pan de obleas a la vista de su sesgo declinante, tal vez porque se perdieron en sus respectivos sueños de sorpasso. Al PSOE por parte de Podemos (el yolandismo se queda con los restos regionalizados) y al PP por parte de Ciudadanos (sus antiguos votantes se reparten mayoritariamente entre PP, Vox y algo PSOE).
 

El “procès” ya es un mal sueño, visto como método para intentar la segregación de Cataluña. En los debates previos a las elecciones del 28-M, que son teloneras de las generales de diciembre, nadie habla ya de amnistía, autodeterminación, mesa de diálogo, referéndum o el Estado represor. Ni siquiera los más cafeteros del independentismo, o esos menos que ninguno, por no reavivar la guerra fratricida entre ellos. Buena noticia, al margen de que le adjudiquemos o no el mérito a la estrategia desinflamatoria del Gobierno de Pedro Sánchez.
 

El tercero de los ciclos que podría expirar tras el recuento de diciembre es el “sanchista”. Un anuncio propagado con el entusiasmo del equipo de Feijóo, como aspirante creíble a la Moncloa, no mal visto en la parte socialista que quiere la marcha de Sánchez y el retorno del PSOE.
 

Este tercer supuesto es de mayor cuantía respecto a los colocados en primero y segundo lugar (fin del 15 M y apagón del “proces”). Pero si lo pongo de tercero es simplemente porque está por ver que la mayoría del PP, anticipada por las encuestas en estos momentos, se confirme en el recuento de las elecciones generales de diciembre. Faltan más de seis meses y un laberinto de variables que pueden hacer salir el sol por Antequera o por Villafranca del Penedés. Continuará.

Tres ciclos a la baja

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