El problema catalán

El Gobierno de España, tiene un problema con las exigencias de los políticos catalanes y, no es cosa menor. El asunto arranca de lejos y se ha ido convirtiendo en su rodar, en una gigantesca bola de nieve, que arrasa todo y es difícil de contener, su solución no es fácil, tampoco imposible, es querer dar la vuelta a un problema de más de 125 años de benevolencia, hacia dicha región española, no existe otro problema, solo el que han creado ellos mismos, si no, se corta de raíz, de una vez por todas, la situación se volverá ingobernable, su solución cuanto más se demore, más compleja será.


Todo este embrollo, da inicio con la burguesía catalana al final del conflicto de 1898, con las colonias españolas de Ultramar, al declararse independientes de España, en la denominada guerra Hispano-Norteamericana. Cuando las manufacturas enviadas a aquellas antiguas colonias, no pueden ser colocadas en aquellos mercados y en España, tampoco, por su escasa demanda. Ahí, se inicia una batalla por la supervivencia, bancaria, industrial y comercial de la región catalana, siendo aquella clase burguesa, la que da el salto cualitativo a la política, para ajustar las demandas y ser actores de primera fila, el primer paso es la formación de la Liga Industrial y Comercial, lo que les lleva a iniciar una política en defensa de los intereses de aquella clase burguesa catalana, que finaliza con la fundación de la Liga Regionalista de 1901.
A partir de ahí, es cuando resurge el catalanismo político de la mano de Solaridad Catalana, iniciando sus éxitos en la política de esta clase, la cual pasa de industrial, comercial y bancaria, a la arena política, la situación se complica todavía más por la caída de la demanda textil, debido a la Gran Guerra de 1914-1918, al pasar de unas ventas de 12 mil toneladas en 1915 a apenas mil, en 1920. Desde cuyo instante se observa un cambio de rumbo hacia el activismo del separatismo pronunciado. Con el beneplácito de la dictadura de Primo de Rivera, sus componentes hacen lo imposible para crear un movimiento catalanista de base y en 1931, el mes de abril, Evaristo Fábregas, declara la República Catalana, desde el balcón del Ayuntamiento de Reus.


Para algunos de estos burgueses, Cataluña, era un Principado. Dentro de una animada actividad política, que prospera en toda Cataluña en la década de 1920 en torno a un partido fundado en 1906 Fomento República Nacionalista, por, Eduardo Recasens y Evaristo Fábregas, adhiriéndose en 1910 a la Unió Federal Nacionalista Republicana en 1910, liderada por Pere Corominas, como una fuerza política de izquierdas, frente a los conservadores de la Liga de Prat de la Riba y Cambó.


Durante la dictadura hasta 1975, los catalanes estuvieron sujetos a las reglas imperantes y cuando la llegada del nuevo régimen constitucional y al amparo del Gobierno autonómico, es cuando se empieza a maquinar la separación de España y ahora les parece, ha llegado el tiempo de lograr su objetivo de la meta propuesta y volver a declarar, otra república catalanista.

 

Si el Gobierno actual se cruza de brazos y accede a sus pretensiones, ya nada será igual, los catalanes después de más de 125 años rondando la ruptura, están a punto de lograr lo impensable. Todo por medio de un prófugo de la Justicia española y se le da coba al respecto. Está visto, que suceda, lo que suceda, no pasa nada en este país, al menos de momento.


Pero el actual Gobierno, no puede, ni debe permitir, ley alguna que pueda acarrear, la vuelta al inicio de un proceso de hace poco más de cinco años y que dejó graves secuelas en la sociedad española.  

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