Mayores y contribuyentes

Por razones de interés interesado seguí en las páginas dominicales del País el amplio reportaje titulado “obras para una población envejecida” que merecen una reflexión no solo de los interesados sino, y sobre todo, de nuestros legisladores y ejecutivos.


Después de la bronca de aquel ciudadano explicándole a los banqueros que ser viejo noes ser tonto, se han multiplicado opiniones y proposiciones que merecen un estudio detallado, dado que la tasa de esperanza de vida en nuestro país –de las mejores del mundo– requiere decisiones urgentes para el presente y una visión más a pie de calle de ese colectivo que aumenta cada día.


Se pide, por ejemplo, mejorar la sanidad pública y una mayor accesibilidad para los mayores tanto en la ciudad como en los medios de transporte y lugares de ocio. Una ciudad amable con la tercera edad es buena para todos, explicaba el citado periódico.


Se habla de la estrategia nacional para el “reto demográfico” pero no pasa de ser un catálogo de buenas intenciones.


Parece claro que lo importante es la salud pero lo es tanto el ejercicio de una actividad física. Precisamente la Organización Mundial de la Salud ofrece pistas para mejorar diversos aspectos de las ciudades. Leemos que hay un buen ejemplo en Ferrol, la ciudad española con un mayor porcentaje de mayores de sesenta y cinco años de España, donde el concejal de urbanismo e infraestructuras, apuesta por mejorar las zonas verdes, los transportes públicos y los servicios que ofrece el ayuntamiento a sus conciudadanos.


Y es que las administraciones en general ponen una barrera de burocracia que aleja a los ciudadanos en general y de forma especial a los de más edad. Y tienen que entender todas las administraciones que los 

“veteranos” somos además de mayores contribuyentes.


Hay algunas quejas que llegan a este balcón y que son recurrentes: la plaga en las aceras con sus terrazas, amén de ciclistas, patinetes, perros con collar extensible, etc. que convierten el paseo en un riesgo.


Por ahí fuera se cuidan los jardines, se cuidan los aseos públicos –y se señalizan por barrios para que se entere el visitante– y otros servicios de información. Revisar el tiempo de los pasos de peatones es otra de las peticiones que llegan a este balcón, reconociendo que la inclusión de un “reloj parlante” es un buen remedio pues ayuda a la hora de cruzar una calle.

Mayores y contribuyentes

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