Esta antigua fuente situada en Eirís de Abajo, tiene más de 150 años, la cual fue reparada por última vez en 1911, se conocía como la fuente de los caños, debido a que tenía tres bocas que abastecían aquel amplio estanque que hacía las veces de fuente y lavadero, cuando en la Coruña, ninguna casa y vivienda disponían de agua corriente en sus domicilios, ni sabían lo que era ese servicio, tan elemental hoy en día en nuestras vidas. De modo que había que ir a lavar la ropa al lavadero y recoger el agua en la fuente, una costumbre diaria, que se hacía bien por medios personales de cada cual o si sus hábitos se lo permitían, podía permitirse que los aguadores le llevasen el agua a la puerta de casa. Pero eso, no era lo habitual, sino, lo excepcional.
El autor de la obra “El agua en A Coruña” fuentes, estanques y lavaderos, editada por EMALCSA en 2015, recoge la historia del agua en la Coruña y esa es una de las fuentes catalogadas, que el autor por medio de la Empresa Municipal de Aguas de la Coruña, logró su salvación, pero al igual que el resto de la fuentes de la ciudad, sigue en completo abandono, otra de las que se logró la salvación fue la fuente de “Los Frailes” en la Gramela, la cual también estaba destinada a desaparecer y el Ayuntamiento prometió que se conservaría y se conserva, pero todas están en un abandono pleno, cuando habría de ponerlas en valor, por el servicio prestado a las generaciones anteriores, que hicieron posible la vida en la ciudad coruñesa.
Por la foto que publica “El Ideal Gallego” el día 1 de febrero del año en curso, se puede ver que la fuente está en las mismas condiciones en que se hallaba cuando el autor, tuvo conocimiento de que estaba dicha fuente de los caños, para ser suprimida por un vial que pasaría justo por encima, sus gestiones fructificaron y se salvó, pero sigue en absoluto abandono, como lo estaba hace más de diez años.
La lucha por la pervivencia de esa fuente tiene que continuar para que sirva de ejemplo a otras comunidades en la lucha por la pervivencia de un patrimonio histórico que pertenece a todos, los que nos han antecedido, los que estamos y los que nos han de suceder. Los vecinos en su momento, se quejaban de un árbol que podía estar obstruyendo el caño y no salía el agua y así se le hizo saber a la municipalidad. Los barrios se pueden comprobar con detalles como este, que siguen abandonados de la mano municipal, da igual el gabinete que ocupe la Alcaldía, los barrios están ahí, tienen vida propia y precisan también de sus atenciones, sus vecinos pagan sus impuestos como todos los demás y tienen derecho a ser atendidos del mismo modo que aquellos.
Un barrio no puede ser discriminado por la distancia que ocupe el Palacio Municipal y sus ediles tienen que ver lo que sucede más allá de la Plaza de María Pita.