Lo que le faltaba a Ferrol

Los que conocimos Ferrol hace algunos años, recordamos con cierta nostalgia aquella ciudad llena de vida y color. Los marinos, los trabajadores de Astano, el comercio y la hostelería que hacían de la ciudad departamental un lugar lleno de futuro e ilusión. Aquel Ferrol ya no existe, se apagó y sin embargo sigue viva entre los ferrolanos la idea de recuperar la vida para su ciudad, podríamos llamarle “ferrolanismo” que es un sentimiento compartido, transversal y necesario para cualquier proyecto de futuro que la ciudad se quiera plantear. Gobiernos municipales Frankenstein han puesto muchos palos en las ruedas del desarrollo de la ciudad y se han preocupado más por sus siglas y sillones que por poner a andar de nuevo aquella ciudad con aires de urbe cosmopolita, integradora y abierta a retos importantes. Ferrol necesita un líder que sepa conducir la enorme fuerza de su ciudad para orientarla en la misma dirección y alcanzar objetivos impensables de la mano del actual gobierno municipal. A veces es difícil encontrar a esa persona con capacidad y talento que quiera dedicarse a eso que llaman “la cosa pública” en estos tiempos en los que la política pone bajo sospecha a cualquiera que se acerque a ese mundo en el que reina la mediocridad, las intrigas y el fango. Pero Ferrol tiene ese líder, ya gobernó y solo coyunturas políticas ajenas a lo municipal lo apartaron del cargo, sin sombra de sospecha y con un currículo limpio de cualquier mancha de corrupción y con su compromiso con la ciudad a prueba de bomba. José Manuel Rey pudo ser lo que quisiera en política, diputado, senador, conselleiro, pero él lo tiene claro, Ferrol es su destino y su lealtad a la ciudad inquebrantable. Ahora suenan tambores de guerra y la sombra de la corrupción cubre al alcalde socialista y a su gobierno. El juzgado de instrucción número 3 de Ferrol tiene sobre su mesa la documentación que parece acreditar una serie de adjudicaciones que no se ajustan a la ley y que pudieron beneficiar a determinadas empresas en las que, curiosamente, coinciden socios. La idea de partir contratos de menor cantidad para evitar el concurso público y abierto es un invento viejo y habrá que esperar a las decisiones judiciales para sentenciar el asunto, pero, en todo caso, la imagen de Ferrol queda tocada en el peor momento de la ciudad. He podido hablar con vecinos de Ferrol de distintas ideologías y afiliaciones políticas y todos coinciden en la necesidad de dotar a la ciudad de un gobierno fuerte y compacto que pueda asumir sin mochilas partidarias, el mando de la ciudad. El 28 de mayo Ferrol se juega mucho, ni más ni menos que el ser o no ser, el darse un gobierno que piense y sienta la ciudad o continuar por el camino equivocado en el que tres o cuatro partidos se repartan el poder sin objetivos comunes, mirándose al ombligo y perdiendo la perspectiva del futuro. Hace falta seguridad jurídica, un gobierno que genere confianza capaz de captar inversores para crear riqueza y empleo, para que los jóvenes puedan hacer su vida en Ferrol sin pensar en marcharse a crearse un futuro alejados de su ciudad. Para los mal pensados diré que jamás he hablado con Rey, que no lo conozco personalmente, pero que las sensaciones de la calle apuntan a él como el mejor líder que Ferrol puede tener hoy por hoy. El futuro de Ferrol, está en manos de los ferrolanos, el 28 sabremos si Ferrol elige cara o cruz, futuro o parálisis.

Lo que le faltaba a Ferrol

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