Tanto el héroe de Homero como el de Dante, incluso un personaje creado por Julio Verne, se vieron obligados a trasladarse a lugares recónditos, casi ignotos, para acceder al inframundo. Eran otros tiempos, otros lugares.
Ahora no tendrían más que acercarse al cruce oleirense de Solymar, punto kilométrico 5,200 de la AC-12 (antigua N-VI), para contemplar como las entrañas de la Tierra afloran a la superficie y se abre una sima que en pocos días permitirá continuar camino hacia el reino de Hades.
El responsable de este ‘prodigio’ es el personal de la empresa encargada de las obras de construcción de un túnel y de una glorieta que, se prevé, faciliten la circulación de vehículos y de personas hacia la ciudad de A Coruña (y viceversa) por la vía que, según Ángel García Seoane, alcalde de todos los oleirenses empadronados (en Oleiros, se entiende), más tráfico soporta en el noroeste hispano y oeste galaico.
La apreciación del regidor parece corroborarla el propio Ministerio de Fomento, ente que encargó el proyecto la década pasada, cuando indicó que el tramo de Perillo de la AC-12 “tiene una intensidad de tráfico elevada de aproximadamente 50.000 vehículos al día, lo que resulta especialmente relevante tanto en las horas punta como en período estival”.
Lo que es indudable es que los trabajos se están llevando a cabo y está previsto que finalicen cuando vayan remitiendo las calores del verano con el mes de septiembre.
El proyecto, que supone una inversión de más de doce millones y medio de euros, se completa con una glorieta elevada, la ordenación de los accesos, la urbanización de las calles adyacentes y, como no, la instalación de cruces peatonales seguros.