“Semellante saña solo se explica se estaban borrachos ou drogados. Que tanto dá. Foi un acto de violencia extrema que non se entende”, se lamentaba ayer el alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, mientras denunciaba la creciente proliferación de actos vandálicos que se están registrando en el municipio. Los últimos episodios se registraron en el paseo marítimo de Mera y en el fluvial que enlaza las parroquias de Nós e Iñás.
Especialmente feroz fue, según él, el que tuvo lugar este pasado fin de semana en la localidad costera. “O final do paseo, a carón de Casa Miranda, arrancaron un banco e unha papelera. Eu tamén fun neno e bastante rebelde pero os rapaces teñen que entender que non deben romper o mobiliario porque é seu. Non me cansarei de repetírllelo”, dijo manifiestamente contrariado en declaraciones a la emisora local de radio de la Cadena Cope.
El otro punto en el que los vándalos dejaron su huella fue en una de las áreas de descanso del paseo fluvial del río de San Pedro; en concreto, en la situada en la calle Estío, en las inmediaciones del polígono comercial. “Pintaron os bancos e as casetas da área de descanso. Paréceme gravísimo. Insisto, fago un chamamento para que non se repita”, añadió.
Se da la circunstancia de que esta zona dañada se encuentra a pocos metros del pazo de Arenaza, que actualmente acoge un vivero de empresas dependiente de la Diputación.
Los muros perimetrales del emblemático inmueble son los ‘lienzos’ que grafiteros y aprendices de artista eligen de modo reiterado para dejar volar su imaginación pictórica para disgusto de los responsables del Gobierno provincial e incluso también del municipal.