En una de esas esquinas mágicas de la costa gallega, Espazo Gastro aparece como una revelación. Un restaurante, donde la cocina habla del territorio, de la familia y de la belleza de hacer las cosas con cariño. Forma parte de Espazo Nature, un proyecto que va más allá de lo gastronómico, impulsado por Luz Pardo y Antonio Vázquez, junto a sus hijas, Laura y Ana. La suya es una apuesta sincera por el bienestar en todas sus formas: descanso, entorno y, cómo no, una mesa que deja huella.
Esta familia lleva años ligada al territorio y al trabajo bien hecho: Luz Pardo es gerente del Grupo Gestán y, junto a su marido, fundó en 1989 Cafés Lua, un nombre ya conocido y respetado en el ámbito cafetero gallego. Ahora, con Espazo, dan un paso más en su compromiso con la calidad y el entorno. “Es algo que queríamos hacer desde hace años y por fin encontramos el momento y el lugar”, cuenta Laura Vázquez, que junto a su hermana está al frente en el día a día.
La propuesta de Espazo Gastro es clara: producto local, recetas cuidadas y una cocina con identidad. El menú ofrece una variedad de platos que rinden homenaje a la despensa gallega.
En los entrantes, destaca el tataki de sandía con queso feta, junto a clásicos reinventados como las croquetas caseras, los mejillones en escabeche, la ensalada de burrata con pesto, el tartar de atún de Almadraba, el salpicón de marisco y rape, el coulant de pulpo -una apuesta atrevida y deliciosa-, o el jamón ibérico de bellota Joselito, sinónimo de excelencia.
Para los principales, la carta se divide entre carnes y pescados preparados al punto y con producto de temporada: mero de Costa da Morte braseado con verduritas, bogavante con huevos fritos y patatas, pescado del día de la lonja, costilla de cerdo a baja temperatura, entrecot de ternera gallega con patatas gajo o taco de picaña a la brasa con trigueros y cherrys.
Pero si hay una sección que resume la personalidad del lugar, esa es la de los arroces: arroz meloso vegano con vegetales de la huerta, paella valenciana con pollo de corral, calamar, langostinos y fabas de Lourenzá, arroz de lomo de vaca y setas, arroz de pescado de roca, arroz de chuleta Simmental Dry Aged, arroz de carabineros, arroz de bogavante y un arroz del día que cambia con el mercado. “Sin duda recomendaría probar alguno de los arroces. Son un poco el plato estrella”, confiesa Laura.
Y después, lo dulce: flan de huevo, tarta de queso al horno, piña osmotizada en mojito, torrija de pan brioche con helado de café, y un soufflé de chocolate 70% con núcleo de pistacho. Para los más pequeños, hay menú infantil: huevos con patatas o milanesa de pollo, también preparados con mimo. “Yo le tengo un cariño especial al tataki de sandía. Es un plato muy fresco y que encaja perfecto en verano”, dice Laura.
Comer en Espazo Gastro es también dejarse envolver por la sala: vistas abiertas al paisaje, tonos marinos, materiales naturales, artesanía local. El mural cerámico de Rulo de Buño, elaborado pieza a pieza, preside el comedor con fuerza. “Es una obra enorme y muy especial. El proceso fue precioso”, cuenta Laura. La vajilla y la decoración siguen esa misma línea: productos hechos a mano y muy cercanos.
Para quienes buscan algo más desenfadado, la terraza Espazo Gamberro ofrece una carta ligera y sabrosa: pizzas, burgers, focaccias, croquetas, ensaladas, tablas de quesos e ibéricos... perfectas para compartir o simplemente tomar algo frente al mar. “Queríamos ampliar la oferta para quienes vienen en verano y buscan algo más rápido, pero siempre bien hecho”, explica Laura.
Espazo es una experiencia que une alojamiento, gastronomía, sostenibilidad y descanso. El complejo se gestiona de forma integral desde la familia, con una capacidad limitada (unas 70 personas), lo que garantiza una atención cercana y un ambiente sereno.
Espazo Nature apuesta por la integración con el paisaje: energía renovable, arquitectura sostenible, materiales locales y colaboración con artesanos gallegos. “Cuidamos cada detalle, desde la vajilla hasta los textiles, buscando siempre coherencia con el entorno. Queremos que la gente no solo descanse, sino que viva algo diferente: experiencias, eventos o retiros, algo poco habitual en un entorno rural como este”, añade Laura.
Aquí se respira mar, se escucha el silencio y se celebra la belleza de lo bien hecho. En Espazo, todo tiene sentido. Y sabor.