Galicia prevé una ocupación media del 60% en verano y un repunte de ingresos

El sector turístico gallego prevé mantener este verano el 60% de ocupación media en el conjunto del territorio, así como incrementar ligeramente los ingresos con respecto al año anterior, ya que, reconocen, “hay margen de mejora”. A pesar de los “grandes avances en desestacionalización” realizados en los últimos años, el verano sigue siendo “una de las épocas clave” del sector, concentrando buena parte de los ingresos, tal y como recuerdan desde el Clúster de Turismo de Galicia.
El año pasado el sector registró algo más de 1,5 millones de turistas durante los meses de julio y agosto, que realizaron más de cuatro millones de pernoctaciones, una “cifra record” que, aunque “estrecho”, aún deja margen de mejora. Las perspectivas que maneja por el momento el clúster es que durante los meses fuertes del verano la ocupación se mantenga, como el año pasado, en el 60 por ciento de media en todo el territorio. Siempre con la vista puesta en la meteorología que, desafortunadamente, ha llevado a un mes de junio “inestable y algo flojo”, apuntan.
Las últimas seis temporadas de verano han tenido resultados positivos para Galicia. No obstante, desde el sector creen que aún hay cierto “margen de mejora” y toman como referencia la ocupación media en España para las mismas fechas, que se sitúa sobre el 77,5%.

Puntos fuertes
En lo que se refiere a este verano, los alojamientos “con más músculo” en estas fechas, como es el caso de las Rías Baixas, prevén alcanzar una ocupación por encima del 80% en julio y del 90% en agosto. En Pontevedra se cifra en el 70%, mientras que en A Coruña se espera por encima del 50%.
Según datos del Clúster del Turismo, tanto en Lugo como en Ourense las previsiones dependen mucho de si la zona es una área turística como la Ribeira Sacra o la Mariña Lucense, en cuyo caso se prevé el 80%. En el resto de la provincia se manejan cifras que rondan el 40%.
A pesar de todo, los esfuerzos del sector se han centrado en los últimos años en incrementar la rentabilidad tanto a nivel de precios como de gasto del viajero, una subida que se cifra para este año de entre el tres y el cinco por ciento, según certifican desde el Clúster del Turismo.