El MAC muestra la evolución de diez artistas becados por DKV Seguros

El MAC muestra la evolución de diez artistas becados por DKV Seguros
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El MAC inauguraba ayer la exposición colectiva “Becados DKV Grand Tour V aniversario”, una muestra que recoge los trabajos de las cinco primeras ediciones del programa de ayudas artísticas desarrollado por la Cátedra DKV Arte y Salud de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politécnica de Valencia (UPV) y patrocinada por la empresa DKV Seguros.
La exposición, comisariada por Alicia Ventura, no solo se queda con el fruto que dieron sus estancias en Polonia o Nueva York, sino que da un paso más y sitúa al lado de este, una pieza actual. Que funciona como contrapunto en un conjunto donde se puede ver pintura, fotografía y escultura. De esta forma, el recorrido ofrece el antes de Javier Rodríguez, cuando utilizaba cartón de embalaje –cuanto más pisoteado mejor– como soporte, pero en este caso, no su después porque el autor evolucionó hasta la performance y la beca que disfrutó fue una especie de trampolín para despegar.
Al igual que el señor Cifrián, una pareja de artistas especializados en el collage fotográfico, una práctica sobre la que siguen profundizando. El tándem de creadores quiso contar sus 62 días en Nueva York a modo de montajes así es que cada jornada tiene un color o una estampa cruzada con otras y muchas tienen que ver con la campaña electoral de la que salió elegido Obama como presidente.
Rocío Garriga jugó con las hojas de Central Park. Estas son transmisoras de su mensaje, que habla de palabras y silencio. Una misiva que continúa siendo su fuente de inspiración hasta el punto de que continúa envolviendo objetos con periódicos y los vocablos caen ahora al mar y no sobre lo vegetal. La misma artista representa algo tan abstracto como el eco con lanas y da paso al dibujo de Marina Puche y a los retratos de Álex Francés.
Con una trayectoria más consolidada, el fotógrafo destapa para la ocasión algunas de las instantáneas que hizo en Nueva York. De rostros que definen la capital estadounidense a los que pone voz, la que salió o no de ellos mientras hacía clic con su cámara. Al lado, una colección de personas mayores simbolizan los diez mandamientos, o lo que es lo mismo, cómo el cuerpo actúa con el mundo.
Javier Palacios trabaja con la respiración. En pinturas de personas que parecen reales. Por su parte, Ana Esteve se va hasta la instalación para contar aquel entonces y coloca una escultura que refleja como la evolución de lo que fue. En el caso de Paula Valero, su paso por Polonia le hizo encender una bombilla y la bombilla habló de crear un vivero en unos de los pabellones de la muerte del campo de concentración de Auschwitz.
La joven ofrece todo el proceso creativo desde las instantáneas que realizó hasta los bocetos de planos, donde lo verde brotaría del horror. Aquí las ideas se clavan con chinchetas. Contaba la comisaria que la becaria solicitó la posibilidad de materializar la obra como una intervención en el espacio. Nada que ver con su visión actual sobre París, en la que salta hacia delante.

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