Deportivo Liceo, un éxodo sin precedentes

Deportivo Liceo, un éxodo sin precedentes
Dava Torres es el único jugador de esta imagen, tomada a la conclusión del tercer partido de la final liguera, que continúa en el Deportivo Liceo | alba tarrés

El Deportivo Liceo afrontará este verano la mayor reconstrucción de sus 50 años de historia. Paradójicamente, justo después de ganar la OK Liga por primera vez en nueve años. El dinero manda. Y el club herculino no puede competir ni con el canibalismo del Barça –que se lleva a los Grau–, ni con la reciente exhuberancia monetaria de Portugal, a donde se mudan Roby di Benedetto y Jordi Adroher.


Jordi Burgaya regresa al Voltregá, Maxi Oruste pone rumbo a Italia (Vercelli) y Martín Garaboa todavía no ha decidido su futuro inmediato.

 

 

Vuelve Bruno


Sí lo ha decidido Bruno di Benedetto, que regresa a la disciplina verdiblanca, procedente del Lleida, equipo del que llegó al Liceo en el curso 18/19, al final del cual tomó el camino a la inversa, ya que consideró que su protagonismo no había sido el que pretendía.


Así pues, cubierto el primero de los huecos a tapar, una cifra inédita hasta la fecha. El máximo de bajas a final de temporada databa de la 18/19, cuando seis jugadores abandonaron la plantilla ya dirigida por Juan Copa.


Una reconstrucción nada traumática; más bien al contrario, ya que llegó a Riazor el núcleo duro –a excepción de Alex Rodríguez– del grupo que ha reconquistado la liga. El plantel de la 19/20 dejó un arranque liguero para la historia del club: 10 victoria consecutivas. La pandemia, que paró la competición a falta de una jornada para el final de la regular, impidió que los de Copa pudieran luchar por el título en unos playoffs que no se disputaron.


En cuatro ocasiones el número de bajas a final de curso alcanzó cotas de repóker. La primera de ellas, la segunda del Liceo en la máxima categoría del hockey rodado nacional. Se fueron dos porteros, Luis Rivero y Pipo Romeu, un clásico de la entidad, Javier Chaver, y las dos primeras estrellas que vistieron de verde y blanco: Cristiano Pereira y José Enrique Torner. Aun así, la temporada siguiente cayeron los dos primeros títulos: Copa del Rey y Copa CERS.

 

 

Póker de ases


En el lado negativo de la balanza, el éxodo tras la campaña 92/93, en la que el Liceo alzó su sexta liga y la Supercopa de Europa. Los nombres de la bajas son de ponerse en pie: Toni Rovira, Joan Carles, Fernando Pujalte y don Daniel Martinazzo. Un cuarteto que, además, fue, por ese orden, segundo, tercer, cuarto y quinto máximo goleador de un plantel que lideró Roberto Roldán. La temporada siguiente, lo más importante que logró el equipo fue jugar la final copera.


Las otras campañas que acabaron con cinco jugadores abandonando la disciplina verdiblanca fueron la 06/07 y  la 09/10. Tras la primera de ellas, con el portugués José Querido al frente del banquillo, el Liceo pasó de cuarto en la competición de la regularidad a tercero y semifinalista de la Copa de Europa. Al final de la 09/10, con Carlos Gil al mando del equipo, se marcharon cuatro hombres importantes, el meta Jaume Llaverola, Martín Payero, el canterano Chus Gende y Marc Gual, que solo vistió de verdiblanco en este curso.

 

 

Temporada única


En lado opuesto está la campaña 89/90, con el legendario Andrés Caramés a los mandos y saldada con los títulos de Liga y Recopa. Ninguna baja. En la siguiente, el Liceo hizo un triplete: Liga, Copa del Rey y Supercopa de Europa.


En los cursos 86/87, 91/92 y 94/95 solo hubo una baja, las tres por retirada. Por este orden, Alberto Areces, José Luis Huelves y Fernando Avecilla.  En otras 11 campañas se fue un solo miembro de la plantilla. El contraste con la recién finalizada está en la 12/13, la de la conquista de la séptima liga, tras la cual Matías Pascual hizo un viaje tradicional: de Riazor al Palau Blaugrana.


Juan Copa, que vivió su primera experiencia al frente del banquillo del club más laureado de la historia del deporte gallego al reemplazar en plena campaña 05/06 al destituido Paco González, le cedió el testigo a Jose Querido con una plantilla, que había firmado la peor temporada de la historia del Liceo –fue noveno en la competición de la regularidad– de la que solamente se cayó Sergio Burgoa.


El actual técnico del Liceo fue una de las cuatro bajas –cifra repetida en siete ocasiones– al final del curso 98/99, cuando también abandonaron el equipo Raúl Monserrat, Miguel Calero y Josep Sellas.


Una larga historia marcada por la necesidad de renovarse, especialmente en los últimos años: el top-3 de los éxodos es del presente siglo; y de fantásticas reconstrucciones. Juan Copa ya lo hizo recientemente y, aunque el mercado está imposible, puede repetir la hazaña. Jugar en el campeón de la OK Liga es un fruto muy apetecible. 

Deportivo Liceo, un éxodo sin precedentes

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