Manuel Seoane: “No dudé en coger mis guitarras y mudarme aquí”

Manuel Seoane: “No dudé en coger mis guitarras y mudarme aquí”
Manu y sus alumnos posaron, primero muy serios, con una buena actitud rockera y luego sonrientes, como es el propio artista/Pedro Puig

Definir a Manuel Seoane en unas líneas es complicado por lo extenso del currículum a pesar de su juventud. En su infancia empezó a aprender guitarra, clásica, flamenca, eléctrica... se empapó del instrumento. En su adolescencia ya estaba sobre el escenario con bandas históricas de la esencia “metalera” española (Ars Amandi, Lujuria). 


Poco tiempo después realizaba colaboraciones al más alto nivel nacional e internacional, había trabajado en una prestigiosa fábrica de guitarras que acabó desarrollando para él sus primeros modelos eléctricos (las reconocidas Ramírez, elaborando piezas únicas desde 1882), ponía en marcha su propio método de enseñanza abriendo academias en todo el mundo y, desde 2018, tras haber colaborado antes en numerosas y celebradas ocasiones con ellos, es uno de los pilares de Mägo de Oz, una de las más carismáticas bandas del Rock patrio.


Antes de iniciar una gira que le llevará por toda América en los próximos meses, Manuel Seoane dejó “deberes” a sus pupilos, esperando que a su vuelta, cuando baje de esa nube de “bolazos” de recintos enormes y con un público notoriamente entregado, “descomprima” de todo ello por ese otro camino que escogió en la música. La maestría.


¿Cómo acabas residiendo en A Coruña?

Bueno, aunque nací en Madrid he estado siempre muy, muy ligado a esta maravillosa ciudad que es A Coruña. Aquí nació buena parte de mi familia y aquí disfruté de grandes momentos en mi infancia. Tengo la fortuna, gracias a mi trabajo como músico, de vivir en el lugar que quiera; de modo que en cuanto surgió la oportunidad no dudé en coger mis guitarras y mudarme. Amo esta ciudad y a toda su gente. Aquí me siento uno más.


Manuel Seoane Mago de Oz 1




¿Cómo nace la escuela en la ciudad?

Una de mis pasiones, más allá del mundo de las giras y los estudios de grabación, es la didáctica musical. Poder trasladar a los alumnos esas vivencias musicales experimentadas en tantísimos viajes creo que es un valor añadido; un plus muy significativo que no en todos los lados puedes encontrar. De esta manera fue que comencé a abrir centros formativos musicales en varias ciudades como Madrid, Salamanca, Cáceres, Ciudad de México, etcétera. Lógicamente no podía dejar de hacerlo en la que ya considero mi ciudad: A Coruña. Te puedo asegurar que en esta ciudad hay talento para dar y tomar. Deseo poder ayudarles a todos ellos y que se les pueda valorar en un futuro.


¿Tener ante ti a un niño de cinco años con una guitarra en las manos es una responsabilidad mayor que la de un bolo ante 10.000 personas?

Son responsabilidades muy diferentes. En ambos casos me lo tomo con la mayor de las profesionalidades posibles. A veces uno no es consciente de la influencia que puedes llegar a ejercer sobre un joven cuando eres docente. A mí en su día ya me sucedió para con quien fuera mi Maestro y es algo que llevo grabado a fuego ya que sin duda cambió mi vida para siempre y fue buen artífice de que ahora viva como vivo. Es importante mantener esta labor educativa con respeto, humildad y responsabilidad, sin duda. De igual manera cuando me encuentro en un escenario, dando igual si hay 100 o 10.000 personas delante de mí, la responsabilidad es máxima. Con que solo una persona haya destinado su tiempo y su dinero en acercarse a verme tocar es más que suficiente para corresponderle de la manera que mejor sé, que es tocando la guitarra.


Jugaste en las categorías inferiores del Real Madrid pero acabaste en el RNR, escogiste la guitarra. Hay muchos deportistas que, como muchos artistas, se pierden por el camino sin llegar a explotar de verdad sus cualidades.

Realmente no siempre uno puede definir cuándo o cómo llegar al destino que quiere. Creo que todo esto es mucho más profundo de lo que a priori parece. El problema creo que viene en el hecho de que todo el mundo, en los tiempos que corren, lo quiere todo ya, en este mismo momento. Y esto no es así. El camino es largo. Por supuesto has de tener una pizca de suerte y estar en el lugar y en el momento adecuados. Pero esto tampoco sirve de mucho si no lo acompañas de esfuerzo, sacrificio y constancia, muchas frustraciones, muchas derrotas personales y, sin duda, un sinfín de gratitud. Es realmente importante saber y aprender a disfrutar de todo este proceso. A partir de ahí que venga lo que tenga que venir.


A veces empezar a tocar un instrumento es frustrante ¿cómo es el método?

Cualquier disciplina necesita de paciencia, constancia y, sobre todo, ilusión. Es peligroso no tener esto claro ya que te puede llevar a frustraciones completamente prescindibles. Tienes que pensar que cualquier dilema o problema que pueda surgir durante tu aprendizaje con el instrumento se les ha presentado de igual manera a aquellos guitarristas o músicos que admiras. Un gran porcentaje de obstáculos a los que se enfrenta cualquier alumno son similares a los que ya ha vivido cualquier persona que domina el instrumento. Por ello nunca uno ha de desanimarse. Al final, con constancia se consigue.


¿Qué es lo que más te ha sorprendido de tus alumnos?

Aprendemos muchísimo de los alumnos, la verdad sea dicha. Nos ayudan a explorar nuevas vías de conocimiento y nuevas maneras de explicar un mismo concepto. Además, ver la ilusión con la que afrontan cada lección nos hace recordar que estamos ante algo realmente hermoso. Eso es lo que más me sorprende: la calidad humana de cada uno de ellos así como su creencia en sí mismos.

Es algo realmente genial. Ser testigo de cómo cada alumno se va desarrollando tanto musical como personalmente es realmente un regalo.


A los que les da un poco de “corte” (que los hay) ponerse con la pentatónica delante del profesor, ya no te cuento si encima te pones ante el guitarrista de Mägo de Oz. ¿Cómo se supera esa timidez que puede tener algún alumno?

Somos gente muy muy cercana. Es cierto que al principio a algunas personas les cuesta algo más, pero pronto esa timidez se convierte en confidencialidad y es muy extraño que una relación profesor/alumno no se acabe convirtiendo en una preciosa amistad. De hecho solemos ir juntos a ver conciertos, o a probar algunas guitarras a alguna tienda o cosas así. Ya te digo, siempre son relaciones que van más allá del propio aprendizaje musical. Somos humanos, somos amigos.


¿Te piden, amén de música, que les enseñes cómo son las tripas del Rock?

Para quien no vive dentro del business musical, este mundo es realmente atractivo. Muchas veces me preguntan cosas acerca de cómo es vivir una gira, o cómo hago uso de mis pedales, o qué hacer si en un concierto me parte una cuerda de la guitarra o cosas del día a día de un músico. Y para mí es genial compartirlo con ellos. Como te decía anteriormente, es un plus añadido que un alumno no podrá encontrar en otros lugares. Además, para aquellas personas que de verdad se plantean vivir de la Música en un futuro está bien que alguien les pueda explicar de manera anticipada todos los entresijos; esto también será parte de su aprendizaje. Para quien no lo sepa, es una vida maravillosa esta de la Música… ¿qué te puedo decir yo?


Construir una serie de guitarras a medida, desarrollar el instrumento ¿Ha sido como una especie de cerrar el círculo?

Guitarras Ramírez es considerada por los grandes guitarristas de la historia como una de las más importantes marcas de guitarras flamencas y clásicas de los últimos 150 años. Andrés Segovia, Serranito, Paco de Lucía, Carlos Santana, George Harrison o hasta el mismísimo John Lennon las eligieron en algún momento de sus carreras. Cuando la familia Ramírez se propuso el diseño y lanzamiento de la primera guitarra eléctrica de toda su historia pensaron en darle mi nombre a dicho modelo de guitarras.

La primera guitarra eléctrica de toda la historia de la casa lleva mi nombre: el Modelo Seoane. Imagínate lo que aquello supuso para mí; me dejaron escoger todos aquellos detalles, por mínimos que fuera, que yo consideraba esenciales para poder expresar con certeza mi sonido. Me dieron libertad absoluta. Creo que nunca podré recompensarles debidamente el tremendo detalle que tuvieron conmigo en todos los sentidos. Te voy a contar algo realmente curioso.

Mi historia con la familia Ramírez se remonta a algunos años atrás. Cuando tenía unos 19 años aproximadamente y si la memoria no me falla, entré a trabajar en el taller de Guitarras Ramírez. Allí construíamos todas las guitarras a mano. Pude entonces y desde las tripas de la marca admirar la profesionalidad y empeño que desde el propio taller se desempeñaba a cada una de las guitarras que más tarde tendrían algún dueño en alguna parte del mundo. Se cuidaba cada más mínimo detalle. Las guitarras habían de estar perfectas; de lo contrario nunca saldrían de aquellas paredes y jamás serían tocadas por ningún guitarrista. Al cabo de algunos años me vi obligado a abandonar el taller al desarrollar una enfermedad respiratoria causada por una de las maderas que utilizábamos. Pasé unos meses realmente malos a nivel anímico ya que el trabajo me gustaba muchísimo y realmente me quería desarrollar profesionalmente hablando en este mundo.

Sin embargo y a pesar de tener que abandonar el taller nunca perdí el contacto con la familia Ramírez. Tanto Amalia como Cristina y Enrique me ayudaron mucho a superarlo y sin ir más lejos este hecho fue el detonante, a la postre, de dedicarme a tiempo completo a la Música. Años más tarde les surgió la oportunidad de diseñar la que sería esta primera guitarra eléctrica y a la cual pondrían mi nombre.

Es una historia realmente bonita. Son una familia a la que realmente quiero de corazón y solo puedo transmitirles mi gratitud por tanto a cambio de tan poco.


¿Con qué músicos de aquí convives?

Me encanta colaborar y tocar con otros músicos y bandas. Es algo que me enriquece muchísimo. De la propia ciudad destaco sobremanera a Oscar Dafonte, el guitarrista de la banda coruñesa Slammin’ Thru. Cuando le conocí me dejó flipado. Por su forma de ser y por la manera de tocar que tiene. Es una bestialidad y tiene esa genialidad en los dedos que tenían aquellos guitarristas de finales de los ochenta y que con el paso de los años los nuevos guitarristas no tienen. Por supuesto no pude dejar de ofrecerle impartir clases en Rock Guitar Experience y a día de hoy es uno de los profesores más solicitados en A Coruña.

También hace poquito pude descubrir a una banda de Vigo, The Soul Jacket se llaman. Fui a verles tocar a la sala Mardi Gras y me encantaron. Después del show pude charlar con ellos y les acabé comprando toda la discografía. Muy recomendables.


¿Cuál es tu visión general del rock en la esquina atlántica del país?

Creo muy sinceramente que hay mucho nivel y talento en Galicia en lo que a bandas y músicos de rock se refiere. Sí es verdad que echo de menos que éstos tengan más movimiento real en el resto de la península. Creo que Galicia tiene muchísimo que aportar culturalmente; sin embargo muchas bandas de rock, blues o metal no dan el paso de salir de la propia Comunidad y plantean sus actuaciones únicamente aquí.


¿Dónde te gustaría tocar en A Coruña?

Me encantaría poder tocar en la playa de Riazor o en la de Santa Cristina donde por cierto vi el primer gran concierto de mi vida. Recuerdo que tocaba Mike Oldfield, The Corrs y Luar na Lubre. Fue un conciertazo de esos que marcan. Más de uno de los lectores seguro que estuvo allí.


¿Qué proyectos tienes al margen de Mägo de Oz?

Mägo de Oz es una banda muy exigente en lo que a calendarios se refiere. En unos días marcharemos otros dos meses a México, Colombia, Ecuador, Costa Rica y Chile. Para nuestra vuelta de América comenzaremos nuestra gira por España, Francia, Perú, Italia y Alemania. Como verás nos esperan meses muy movidos que no dejarán mucho espacio para otros proyectos al menos hasta pasado el verano.

Sin embargo, desde hace algunos años ronda por mi cabeza la idea de hacer algunos shows de música clásica en los que el instrumento principal de la orquesta sea mi guitarra eléctrica. Creo que sería un proyecto precioso. ¿Te imaginas interpretar las Danzas Eslavas de Dvorák o Los Preludios de Liszt con una guitarra eléctrica al frente? Sería una pasada. Y por supuesto, me encantaría hacerlo con la Orquesta Sinfónica de Galicia.

Con Mägo de Oz ya hicimos algo parecido en México hace unos años, adaptando las canciones de la banda con arreglos orquestales que fueron interpretados por la Orquesta Sinfónica de Ciudad de México. Fue una pasada. ¡En aquel show hubo 18.000 personas! En fin, espero algún día poder llevarlo a cabo.

Manuel Seoane: “No dudé en coger mis guitarras y mudarme aquí”

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