Manuel Gallego Jorreto pide que no se olvide el “carácter social” que tiene la arquitectura

Manuel Gallego Jorreto pide que no se olvide el “carácter social” que tiene la arquitectura
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El museo de Belas Artes, precisamente una de sus muchas creaciones, fue el lugar escogido para hacer entrega del premio Nacional de Arquitectura a Manuel Gallego Jorreto

La del arquitecto gallego es una carrera prolífica, como lo muestra el hecho de ser el segundo premio Nacional que obtiene, y que se suma a una nómina que conforman otros galardones como la Medalla Castelao, el Nacional de la Cultura Galega o los galardones obtenidos en dos bienales de arquitectura y urbanismo. 

Gallego Jorreto ha dejado su huella por toda Galicia, viéndose su estampa en edificaciones como el museo de Belas Artes que ayer acogió el nuevo nombramiento como premio Nacional. En nuestra ciudad, la presencia del arquitecto también está presenta en el museo de Arte Sacro de la Colegiata o en le mercado de Santa Lucía.

Entre las construcciones de las que ha sido partícipe se encuentran la vivienda presidencial de la Xunta de Galicia, construida en tiempos de Manuel Fraga; el auditorio multiusos de la Illa de Arousa; o el centro de salud del municipio lucense de Viveiro.

El de ayer, por tanto, era un día especial, algo que se apreció en la cantidad de personalidades institucionales que se juntaron en el auditorio del museo. Desde el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, encargado de hacer entrega del galardón; hasta el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; pasando por la alcaldesa, Inés Rey; o el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada. 

Discurso
Durante su discurso, Gallego Jorreto reivindicó la arquitectura como “la búsqueda de uno mismo, pero sin olvidar su carácter social”, pero apeló también a consolidar el “pensamiento sostenible como una nueva solidaridad de vida”.

De su obra, el arquitecto subrayó su interés “por lo local en un mundo global”, mientras que apeló en la arquitectura a entender “las manifestaciones de la vida”. Además, instó a “no destruir la calidad del ambiente existente”. “Toda creación tiene un componente de resistencia contra la mediocridad”, recalcó durante su discurso.

Además, tras recoger el premio, agradeció a “todos aquellos” que hicieron posible que ganase este premio, como a la Academia de Bellas Artes de San Fernando, que propuso su candidatura.

“Hemos visto nacer una nueva sensibilidad, la que supone el pensamiento sostenible y la esperanza de que se consolide como una nueva solidaridad de la vida”, expresó durante su discurso.

Por otro lado, Gallego Jorreto quiso ensalzar en su discurso la “arquitectura popular y anónima” que ha surgido en él durante sus años en la profesión.

Reacciones
En el acto de entrega, el ministro Ábalos destacó que Gallego Jorreto fusiona en su trabajo “la innovación con la naturaleza” y abundó en que en esta edición del premio quiso que la ceremonia saliera de la capital de España “por convicción, por coherencia y porque la figura del premiado merece poner fin a esta costumbre centralista”.

Al arquitecto, lo definió como un “gallego universal”, al tiempo que destacó su “contribución al patrimonio cultural de Galicia y de España”. “Una manera de integrar la funcionalidad con la tradición, la innovación con la naturaleza y que debe servir de estímulo”, certificó.

El presidente de la Xunta también tuvo palabras para el arquitecto, señalando que integra una nutrida saga de profesionales que hacen posible que la arquitectura gallega tenga un significado propio en el mundo. “Reúnenos aquí, un paisano e compatriota que interpreta Galicia en cada obra e que aporta con cada proxecto seu un elemento máis da paisaxe”, expuso Feijóo, subrayó, a modo de ejemplo, que el museo de Belas Artes y sus viviendas de la Isla de Arousa o Carballo, son obras que mejoran la vida humana mediante el deleite del visitante o el bienestar del habitante.

Evolución
Hace poco menos de un año, cuando recibió la noticia de que había ganado por segunda vez el premio Nacional de Arquitectura (la primera fue en 1997 por el museo de Belas Artes), Gallego Jorreto repasaba su trayectoria, señalando que no se solía fijar en el estilo, más allá de ser una manifestación de lo que uno mismo puede ser. El arquitecto también destacaba que no era capaz de mencionar una de sus obras como la favorita sobre el resto, ya que su ojo crítico le hacía ver todo aquello que no había hecho, en lugar de apreciar lo que había sido capaz de componer.

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