Aroa Moreno: “El relato de las madres de ahora no está exento de violencia”

Aroa Moreno: “El relato de las madres de ahora no está exento de violencia”
La escritora Aroa Moreno Durán | Jairo Vargas

A lo largo de tres generaciones de la misma familia, la escritora y periodista Aroa Moreno Durán aborda en su novela ‘La Bajamar’, las relaciones de la maternidad con su tiempo, reflejando por el camino la historia del país y la historia intrafamiliar. Esta tarde (19.30 horas) presentará la novela en la Fundación Luis Seoane acompañada de Javier Pintor y la periodista Mila Méndez.

 

Una de las cosas que refleja en el libro es que el amor materno puede ser incluso doloroso.
Creo que la relación de una madre con sus hijos, cada una es diferente. En la mayoría de los casos, las madres lo hacen lo mejor que pueden, lo que pasa es que son mujeres que tienen una vida y a veces, aprender a los hijos y aprender a la vida no va en la misma dirección.

 

De las tres madres que protagonizan la obra, dos están marcadas por conflictos, la Guerra Civil y el terrorismo, pero la tercera vive marcada por la sociedad actual.
Creo que lo que estamos viviendo actualmente no es lo mismo que lo que se vivía antes. Pero sobre el tercer personaje (Adirane) también hay una violencia, la violencia que tiene la sociedad actual, que es absolutamente individualista, donde las madres están más solas, donde son incapaces de ver que lo que les sucede a ellas, les sucede a las demás y que tiene que ver con problemas de salud mental, de estabilidad laboral, de autoexigencia... puede que el relato de las madres de ahora sea menos épico, pero no está exento de violencia.
 

El libro es ficción, pero el primer personaje (Ruth) tiene vínculos con uno real.
Sí, empecé a plantearme este libro porque estaba viviendo en Euskadi y porque acababa de ser madre. Por una parte, me apetecía escribir sobre maternidad, pero no sobre crianza, no quería contar lo que era mi vida (ríe), pero sí tenía ganas de ver como era eso con el paso de los años. Quería comprender también el territorio, como eran las personas que habían vivido con tanta tensión durante el siglo XX en un lugar, una guerra, dictadura y luego la violencia de ETA. Finalmente, estando en Donosti, conocí al poeta Jesús María Cormán que me contó el exilio de su madre, que había sido una niña de la guerra, exiliada en Bélgica. Durante mucho tiempo, me fue enviando información y fotografías y así fui construyendo el personaje de Ruth. Es verdad, que el resto de la novela no es esa familia, pero pude inspirarme en Antonia Seco para Ruth.

 

¿La familia leyó el libro?
Sí, sí. Le advertí que lo que iba a encontrar no era la historia de su familia o de su madre, pero que había trabajado con el material que me había dado desde el respeto y cariño. Él comprendió lo que había hecho y nació una bonita amistad. La mujer no pudo leerla.

Aroa Moreno: “El relato de las madres de ahora no está exento de violencia”

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