La Policía ataca un punto de drogas del Orzán con redadas continuas

La Policía ataca un punto de drogas del Orzán con redadas continuas
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La Policía Nacional realizó ayer una redada en un local de Pasadizo del Orzán. Durante más de una hora, los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) se dedicaron a registrar el establecimiento, en el que fuentes policiales señalan que se incautaron de varios bienes, a lo que hay que añadir las anteriores actuaciones antidroga de la Policía Local en ese mismo local que, según los vecinos de la zona, es un foco de menudeo de drogas. “Es un punto negro de todo lo malo que ocurre por la mañana”, aseguran, al tiempo que afirman que los que protestan se han visto amenazados. 

Solo la Policía Local ha realizado cerca de diez incautaciones de droga en ese local en los últimos tiempos y la Policía Nacional también está presionando, después de recibir numerosas quejas de los vecinos. El resultado son las numerosas redadas que han podido contemplar: “Es como ver una película de Hollywood: salen con las manos detrás de la cabeza, o salen corriendo. Los policías entran a saco, buscando drogas”, manifiesta un vecino. Antes que las redadas, el lugar ya estaba de boca en boca por las peleas que tenían lugar a sus puertas. “Se lanzaban contenedores, vasos, había vasos, sangre”, relatan. 

Peleas en la calle 
Parte del problema es que el local funciona como un afterhours. Es decir, abre temprano para recibir a la gente que ha estado de juerga durante toda la noche, así que las peleas se producen por la mañana, a las ocho, a las diez, incluso a las doce. Los vecinos están convencidos de que conocen la causa de tanta agresividad: “Es un ir y venir de gente muy, muy colocada”. Pero incluso los propios detractores del pub reconocen que nunca se han incautado en su interior grandes cantidades de estupefacientes. 

“Cuando encuentran droga, siempre está en posesión de clientes, no de la gerencia del local”, aclaran. De esta manera, resulta muy difícil probar que se está llevando a cabo un delito de narcotráfico. Además, dentro del local también toman precauciones y durante la mañana permanece cerrado. “Es como un zulo”, aseguran. Con la puerta cerrada y sin ventanas, no hay manera de ver lo que está sucediendo en su interior: “Hay que llamar para que ten dejen entrar, el portero decide”.. “Se puede ver a la gente entrando y saliendo, pero la puerta está cerrada”, concuerda otra testigo. De esta manera, los vecinos solo se enteran que el establecimiento está abierto cuando sus clientes deciden solventar sus diferencias en la calle.  

Presión
Para la Policía Nacional, esta clase de problemas son muy difíciles de erradicar, aunque la presión policial puede conseguir que se desplace a otro punto. “Lo que no se puede permitir es que tenga lugar en medio de un área residencial”, apuntan los vecinos. Muchas veces un local conflictivo acaba echando el cierre, a medida que acumula infracciones que conllevan multas, a veces de miles de euros. 

De hecho, en los últimos dos años la actividad en el Orzán ha decaído, lo que se puede percibir en el cierre de más de una docena de establecimientos. La causa no es la crisis, sino una fuerte campaña de la asociación de vecinos de Ensenada del Orzán que, hartos de tener que soportar el ruido y otras incomodidades, presentaron cerca de 200 denuncias.

Otro modo de presión a los locales infractores son las sanciones, es que hasta hace poco, la mayor parte de estas sanciones no llegaban a tramitarse debido a que tenían que pasar por el área de Urbanismo, una de las más sobrecargadas de trabajo del Gobierno local, de manera que expiraba el plazo de un año y el efecto sancionador se perdía. Pero el Ayuntamiento solucionó el problema permitiendo que los propios agentes tramitar las denuncias, lo que se ha traducido en una agilización del proceso, que ha llevado a la imposición de cuantiosas multas en 2018.

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