La crisis también se ceba con los libros antiguos

La crisis también se ceba con los libros antiguos

“Ha sido más floja que en otras ocasiones, pero, en general, se puede decir que ha sido una buena feria”, analiza Laura Hermida, la tercera generación de la familia responsable de la librería Cao, de Pontevedra, presente en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de A Coruña desde sus inicios, hace casi dos décadas. Ayer, tanto Hermida como el resto de libreros que participaron en el certamen –compuesto por 20 casetas– se despidieron de los coruñeses relativamente satisfechos, ya que, pese a que aseguran que la crisis se nota, con una bajada aproximada de un 25% en las ventas con respecto al año pasado, muchos han conseguido llegar a los objetivos marcados.

Los libreros creen que el resultado es bueno pese al menor volumen de negocio

“Por lo menos salvamos los gastos, que ya es bastante”, cuenta Antonio Pariente, encargado de Libros Pariente, procedente de la localidad de Rueda, en Valladolid. Como el resto de participantes coincide a la hora de afirmar que la primera semana en Méndez Núñez “fue la mejor”. “Hubo muchísima gente, sobre todo gracias a las fiestas, pero después fue decreciendo”, recuerda.

“Increíble”. Así es como definió Laura Hermida la primera semana. “La gente se amontonaba delante de los puestos para curiosear, como en los antiguos tiempos”, señala esta librera, que aportó parte de los 10.000 ejemplares –tanto primeras ediciones, como manuscritos o libros exclusivos– que los participantes acercaron hasta los jardines para ofrecérselos a los coruñeses.

Cuentan que, conforme los turistas abandonaban la ciudad, el número de visitantes –y de ventas– descendía. Como aliado tuvieron el tiempo, que invitó la mayor parte de los días a salir a la calle, aunque, ayer, en la jornada de cierre, las elevadas temperaturas hicieron que muchos coruñeses prefiriesen broncearse en Riazor a los jardines.

“Es lo que hay, tenemos que aguantar”, cuenta José Maria, de la librería Maxtor, también de Valladolid. Para este librero, los resultados de este año fueron similares a los de la edición de 2011. En su puesto ofrecía hasta ayer libros de arte o arquitectura, aunque su fuerte son unas ediciones facsímiles que fabrican ellos mismos sobre cocina, mitología,... “Van saliendo, no al ritmo que pensábamos, pero se venden”, apunta.

Sobre los gustos de los visitantes de esta feria, Pariente cree que, salvo algunos clientes que buscan títulos específicos, la mayoría de la gente ojea y, si ve algo que le gusta, se lo lleva. Laura Hermida asegura que lo que siguen triunfando son los clásicos o las novelas firmadas por Agatha Christie. n

 

La crisis también se ceba con los libros antiguos

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