Paco Vázquez cuenta con todo los pronunciamientos para ser el próximo Defensor del Pueblo. Parece un titular reseso, un bucle o la versión institucional del Día de la Marmota. Pero esta vez la cosa cambia.
Según ha revelado en las últimas horas “El Confidencial Digital”, el exalcalde y exembajador cerca de la Santa Sede cuenta ya con la “bendición” tanto del presidente, Mariano Rajoy, como del líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba. Es más, citando fuentes muy cercanas a La Moncloa, el diario digital asegura que el nombre de Vázquez se pronunció en la reunión que ambos políticos celebraron el pasado 15 de febrero. Y esta vez fue el único.
A la segunda > Desde que abandonó Roma, el nombre de Francisco Vázquez ha venido sonando con insistencia para el cargo. El Defensor del Pueblo es uno de esos nombramientos cuya dificultad reside en la necesidad de que Gobierno y oposición se pongan de acuerdo. El caso de Vázquez es pura paradoja. Tras el cese-destitución de Enrique Múgica fueron las críticas que recibió de algunos de sus compañeros socialistas –con especial virulencia en boca de Leire Pajín y Bibiana Aído– las que minaron su camino.
Pero el nuevo escenario es –y sin abandonar el escenario de la paradoja– mucho más favorable para el veterano político coruñés. Con las pajines y las aídos aplacadas por la derrota de las urnas, Rubalcaba parece mucho menos encorsetado por las tensiones internas y ve en Vázquez una de las escasas posibilidades que el quedan para colocar a “uno de los suyos” en un cargo de relevancia.
Rajoy está encantado. En el PP Francisco Vázquez ha encontrado desde el primer día que se postuló al cargo el apoyo firme que no había conseguido entre quienes comparten con él militancia. Cuentan desde Madrid que tal es así que ha sido el propio Rajoy el que ha sacado de la cartera la propuesta.
De hecho, y siempre según las fuentes citadas por “ECD”, el de Defensor del Pueblo fue el único de todos los cargos pendientes de consenso al que se le puso nombre y apellidos, lo que vendría a demostrar que Vázquez tiene buena parte del camino a Madrid recorrido.
Desde su retiro, Francisco Vázquez prefiere esperar acontecimientos con la boca cerrada, aunque no niega, nunca lo ha hecho, que el puesto de Defensor del Pueblo sería el colofón perfecto para su carrera, aparcada ahora en el umbral de su jubilación como inspector de Trabajo.
Es probable que en el próximo encuentro en la cumbre entre Gobierno y oposición la designación quede finalmente cerrada.