Una familia retorna al poblado de A Pasaxe tras perder su vivienda social

Una familia retorna al poblado de A Pasaxe tras perder su vivienda social
El poblado de A Pasaxe sigue habitado por cerca de 25 familias más de dos años después del comienzo del Plan de Hábitat Digno | pedro puig

El panorama en el poblado de A Pasaxe no parece haber cambiado mucho en los últimos meses. El Gobierno local asegura que 17 familias fueron realojadas en tres años de mandato, en parte gracias al plan de Acceso al Hábitat Digno, pero el proceso es lento y no está libre de reveses: hace unas semanas regresó al poblado una familia chabolista, después de que tuviera que abandonar un piso que la asociación Antonio Noche les permitió habitar como parte de un convenio municipal. Sin embargo, el poblado al que regresaron es muy distinto al que abandonaron. Aseguran que no se les permite construir una infravivienda, así que se ven obligados a vivir en una furgoneta, donde se acumulan sus posesiones.

Antonio Carlos Mato y su esposa se encuentran con su hijo de 20 años en esta precaria situación, de la que aseguran son conocedoras las asistentes sociales. El problema se agrava porque supuestamente no se les ha permitido volver a empadronarse en el poblado, lo que puede tener consecuencias a la hora de integrarse al plan de acceso al Hábitat Digno. Además, una segunda familia, que cuenta con dos hijas, y que fue ubicada también por Antonio Noche en Santa Cristina podría tener que abandonar pronto la casa.  Al ser de A Pasaxe, quizá regresaría a su poblado 

Sin subsidio social 

Mato se halla además sin la ayuda social de la Risga, después de que se la retirara Inspección de Traballo. El afectado asegura que fue sorprendido ayudando a una viuda a “mover uns ferros”, por lo que le retiraron el subsidio social. Además, el matrimonio también reconoce que no abonó los últimos meses de alquiler del piso donde estaba, y cuyo contrato se remonta a 2013, antes de la llegada de la Marea a María Pita.

“Tenemos que rebuscar comida en la basura”; asegura su esposa aunque también admite que el Ayuntamiento les proporcionó algunos vales para comida, pero no una solución real para el aprieto en el que viven. No son los únicos que sufren las consecuencias de la falta de ingresos, aunque el Gobierno local siempre se ha mostrado elusivo a la hora de aportar datos sobre la inserción sociolaboral de las personas realojadas. A la concejala de Justicia Social, Silvia Cameán, suele referirse al “traballo silencioso” que  implica información sensible, pero reconoce que “no todos” cuenta con un trabajo.

“Solución habitacional” 
El último recuento oficial que se dio conocer apunta a que son 25 las “unidades de convivencia” o familias que aún habitan en el poblado a orillas de la ría de O Burgo, a la espera de que se les ofrezca una “solución habitacional”. 26, si se tiene en cuenta la “unidad” que forman Mato y su esposa con su hijo y 27, si finalmente la familia de Santa Cristina regresa a sus orígenes, como parece que podría suceder.
Tanto Antonio Noche como el Ayuntamiento fueron consultados por su parecer respecto a la actual situación, pero ninguno de los dos hizo aportaciones.

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