En los últimos ejercicios, el Ayuntamiento ha estado asumiendo más y más deuda para poder financiar unos presupuestos cada vez más expansivos que han batido récords en los dos últimos años. Al hacerlo, el Gobierno de Inés Rey se ha saltado las reglas. Concretamente, la de Ley de Estabilidad Presupuestaria, y esto le obliga a elaborar un Plan Económico Financiero (PEF) que tiene que presentar a la Xunta, que tendrá que tutelarla a partir de ahora.
Con toda probabilidad, Rey llevará al pleno del jueves este plan, y luego tendrá cinco días para presentarlo a la Xunta, que a partir de entonces supervisará su cumplimiento. Eso es lo que significa tutelarlo. La deuda formalizada y pendiente de amortizar sumando 2024 y el préstamo de 2025, cuando acabe el año, será de 149,3 millones de euros, según un informe presentado en la comisión informativa de Hacienda.
La regla de gasto se había suspendido a raíz del estallido del covid pero volvió a entrar en vigor en 2024. Pese a todo, el concejal de Hacienda, José Manuel Lage, siguió basando sus cuentas en un fuerte endeudamiento, dado que los presupuestos eran de 374 en 2024 y de 379 en 2025 mientras que la capacidad recaudatoria del Ayuntamiento es de poco más de 300 millones de euros. En las cuentas del año pasado, las primeras que se aprobaron en tiempo y forma gracias al apoyo el BNG, se incluyó un crédito de 48 millones de euros. En ese momento, el portavoz del BNG, Francisco Jorquera, consideró que no ponía en peligro “a sustentabilidade das finanzas municipais”.
149,3 millones
de euros supone la deuda formalizada y pendiente de amortizar sumando la de 2024 y la de 2025
Pero, en enero de este año, la alcaldesa presentaba las nuevas cuentas, esta vez en solitario, y consiguió aprobarlas en solitario también gracias a una cuestión de confianza. En ellas se incluía nuevamente operaciones de crédito por valor de 48 millones de euros. Esto, unido al uso del remanente de tesorería, y de 17 millones de euros procedentes del Estado, permitió disparar el gasto a niveles récord, lo que la alcaldesa denominó “presupuestos expansivos”.
No es extraño que un municipio sea tutelado por la Xunta por haber ignorado la regla de gasto, pero expertos consultados señalan que tampoco es extraño que, a pesar de que ya se sabía que en 2024 se termina la suspensión de la regla de gasto, el Ayuntamiento se endeudara un poco. Más raro es que la inestabilidad presupuestaria continuara este año dado que el interventor general dejó claro en su informe de marzo que el Gobierno de Inés Rey incumplía la norma.
El Ayuntamiento espera cumplir con el objetivo de estabilidad presupuestaria el próximo año, sin necesidad de hacer grandes recortes ni adoptar medidas extraordinarias. “No estamos en déficit –señalan las mismas fuentes–, pero la Concejalía de Hacienda hace una previsión con mucha prudencia”. Se apunta que gran parte del remanente de Tesorería de este año habrá que dedicarlo precisamente a enjugar esta deuda millonaria”.