Vuelven las parcelas: los jóvenes guardan sitio un día y medio antes de la celebración

Cientos de personas se congregaban ayer por la mañana temprano para empezar a reservar un lugar para hoy
Vuelven las parcelas: los jóvenes guardan sitio un día y medio antes de la celebración
Varios grupos de jóvenes guardaban ayer su parcela en Orzán | Carlota Blanco

Un año más, la celebración de San Juan ha traído consigo una tradición con numerosos participantes, pero también detractores: la parcelación de las playas de la ciudad. Ayer, más de un día y medio antes de la fiesta de la que hoy disfrutarán más de 150.00 personas, cientos de jóvenes llegaban aún durante la madrugada a arenales como el del Orzán para instalarse, con sillas y toldos, marcando territorio para asegurarse un buen sitio para la noche más mágica del año.


Lo sorprendente este año es que esta reserva de espacio se produce a pesar del recordatorio lanzado días atrás por la alcaldesa, Inés Rey, quien advirtió a través de redes sociales que está prohibido acampar en la playa y que se reforzarán los controles para garantizar el cumplimiento de la normativa municipal. Fuentes del Ayuntamiento han confirmado incluso que se impondrán sanciones si se detectan casos claros de acampada o infracciones de la ordenanza.


Esto no importó a los grupos de jóvenes allí congregados, que llenaron de todos modos las playas como acostumbran a hacer en los últimos años. Antes de mediodía ya había medio centenar de parcelas que marcaron con cintas. Sillas, tumbonas, sombrillas y paciencia fueron así las armas que muchos de estos jóvenes utilizaron para matar el tiempo a lo largo de la jornada.

 

Sus razones

Los ‘parcelarios’, jóvenes en la gran mayoría de casos de 15, 16 o 17 años, se sumaron así a una suerte de tradición que se lleva celebrando ya varios años. Las razones varían. “Para hacer la hoguera tienes que tener un buen sitio y, como somos bastantes, podemos organizarnos y hacer turnos”, explican. Para algunos, este es su primer San Juan: “El año pasado, nos quedamos sin sitio y este queríamos tenerla y vinimos pronto. A las seis de la mañana ya había gente”, comentaban varios de los presentes. “Es la tradición: es como la parte de la fiesta que es solo para los coruñeses”, aseguran.


Muchos disfrutan de la experiencia: “Pasar aquí el día entero también nos gusta”. Como la gran mayoría de jóvenes, ya han terminado el curso y tienen tiempo para pasar los primeros momentos del verano con sus amigos en lo que para ellos no deja de ser un día más en la playa.


Respecto al anuncio de la alcaldesa, muchos le restaban importancia. “Nosotros no vamos a dormir, así que problema nuestro no es”, decían. Los turnos rotativos, comentan, permiten que pernoctar allí no sea estrictamente necesario, porque los que vayan a guardar sitio de noche pueden ir descansados si ya durmieron unas horas por la tarde. Asimismo, también manifestaban que “sería casi imposible hacer eso” dado el volumen de gente presente en la playa. 


Otros se mostraban más críticos: “No nos podemos divertir aquí”. Y cuestionan la logística para impedir que se haga: “Controlar a no sé cuántas personas que habrá en la playa, quizá miles, no se puede”. “Además, estar en la playa no es ilegal; lo ilegal es acampar”, apuntan. “Todo el mundo lo hace, y se hace todos los años”, justifican.

 

Críticas a la tradición

Si bien hay usuarios que no le dan importancia a la cuestión, sí hay otros que señalan consecuencias que, a su juicio, molestan a quienes solo quieren pasar un día en la playa. “No entiendo la historia de guardar las parcelas. ¿Qué tienen alquilado algo aquí o qué? No puedes convertir la tradición en una norma”, denunciaba ayer una usuaria que tuvo que poner su toalla dentro de una de las parcelas cuando llegó a la playa. 


Así, dice que puede resultar “intimidante”: “Es como si hubiese una empresa gestora que estuviese dando unos espacios por los que la gente paga. En otros sitios de España, hay lugares con chiringuitos que alquilan las tumbonas, pero en ningún momento quiere decir que tú no puedas poner tu toalla al lado. Nadie te puede decir nada. Pero aquí estas líneas parecen una advertencia, como si se estuviese prohibiendo algo”, explica. “No es legal, no debería hacerse y me gustaría que se diese una explicación de por qué se hace y por qué hay cintas que delimitan parcelas”, comenta, a la vez que explica que “incluso para los niños puede ser peligroso por los clavos que se ponen”.


También para los turistas es toda una sorpresa. Es el caso, por ejemplo, de Joao y Mariana, una joven pareja de Portugal que está visitando por primera vez A Coruña y que se topó ayer con la situación al llegar a la playa: “No somos de aquí, y nos resultó muy extraño. No nos parece algo bueno a hacer, a nosotros no nos ha gustado porque no tenemos espacio para estar”. 

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