Los socios de La Solana volverán a ocultar sus baños de sol y de piscina a los ojos de los curiosos que caminan por la ruta del colesterol que es el Paseo Marítimo. Después de unos meses con las verjas al aire, tras eliminar el antiguo seto artificial que ya estaba afectado por las inclemencias del tiempo, los operarios estaban esta mañana colocando el nuevo cierre. Al igual que el anterior, la enredadera, también artificial, se sostiene de forma entrelazada sobre
De esta forma, el interior de este club privado, que lleva funcionando desde 1942, volverá a quedar oculto para quienes pasen por el lugar, aunque bien es cierto que quienes quieran atisbar cómo es el interior siempre pueden hacerlo desde la escalera que conecta la parte alta de O Parrote con la zona más cercana al mar.
Desde ese promontorio, justo encima de otra sociedad privada, el Club Cámara, se pueden apreciar las piscinas exteriores, de agua salada y climatizadas, así como la terraza de la cafetería, que da servicio tanto a los socios del gimnasio como a los clientes del hotel de cinco estrellas.