Reportaje | Un viaje en sentido inverso con destino común: saber lo que de verdad importa

Reportaje | Un viaje en sentido inverso con destino común: saber lo que de verdad importa
Albert Espinosa, Arantxa Martínez y Ousman Umar / Javier Alborés

La Fundación María José Jove acogió hoy la presentación de la XIV edición del congreso ‘Lo que de verdad importa’, que se celebra mañana en Palexco. El acto contó con la presencia de los tres protagonistas: el escritor Albert Espinosa y dos galardonados con el premio Princesa de Girona, Ousman Umar y Arantxa Martínez. En el congreso, contaran sus experiencias vitales, que tienen en común haber superado grandes dificultades.

 

Ousman y Arantxa coinciden al señalar que han vivido una experiencia que, aunque parece opuesta, guarda similitudes y les ha llevado a un lugar común: valorar las cosas que en la vida son verdaderamente importantes y luchar contra la pobreza. 


El caso de Ousman pone la piel de gallina. Abandonó su Ghana natal con 12 años para cruzar el Sahara, llegó a Libia y acabó llegando en patera a Barcelona cinco años después de partir. Es la versión resumida de un verdadero infierno. “De los 46 chicos que salimos de Ghana, 40 murieron por el camino. Y eso, sin contar la cantidad de cadáveres que nos íbamos encontrando. Éramos conscientes de que podíamos morir en cualquier momento. Fueron cinco años en los que no tuve ni un solo día tranquilo, ni un solo día de paz”, rememora. “Nadie puede saber lo que se siente al vivir algo así, solo quien lo ha sufrido. Hubo momentos especialmente duros. Había días en los que el que conseguía mear era afortunado, porque así, al menos, iba a poder beber”, añade.


Una vez en Europa, tampoco lo tuvo fácil. “Me sentía más solo que cruzando el Sahara. La gente puede llegar a ser muy cruel. Por suerte, me acabó acogiendo una familia en Barcelona”, relata. En 2012, Ousman fundó la ONG ‘Nasco’, con la que busca “alimentar mentes, no solo estómagos”, para luchar contra la pobreza, y también escribe libros contando su historia, pese a que era analfabeto cuando llegó a Barcelona.


Por su parte, el viaje de Arantxa es diferente. Se dedicaba al negocio de la banca, pero con 24 años se fue un verano a India y todo cambió. “Iba para un viaje de placer y me quedé cinco años. Hice ‘click’ al ver como se vivía allí. Me llegué a sentir culpable por vivir con comodidades, y me di cuenta de que era una privilegiada”, explica. “Me fui dando cuenta de que no tenía que renunciar a los recursos que tenía, sino usarlos bien”, afirma. Y en 2009 fundó ‘ONG It will be’, que combate la pobreza a través de la innovación tecnológica.


Junto a Arantxa y Ousman, en el congreso de mañana estará Albert Espinosa, que inició su lucha contra el cáncer con trece años: “Perdí la pierna, el pulmón y un trozo de hígado. Y aprendí”. Tres historias para reflexionar. 

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