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jueves | 12 junio | 2025
La construcción del comedor universitario de Oza estaba a punto de finalizar hace 25 años. Además de para dar los últimos retoques a la instalación, aquel verano iba a servir para dotar al edificio del equipamiento necesario para que el centro pudiera estar disponible para alumnos y profesores de cara al inicio del curso 2000-01. Fue uno de los temas con protagonismo en El Ideal Gallego del 11 de junio de 2000. Tal día como hoy hace 50 años, en 1975, el diario destacaba las desagradables consecuencias que para los vecinos de la calle Villa de Carral, en Monte Alto, tuvo la voladura de una cantera, que provocó grietas en las fachadas de las viviendas próximas. Hace 75 años era noticia el atropello de un soldado por una bicicleta en el Cantón Pequeño.
Los alumnos y profesores de Oza podrán disfrutar a partir del próximo curso 2000-01 del nuevo comedor que se está construyendo en el campus y cuyas obras está previsto que concluyan en el plazo de un mes, a mediados de julio del año 2000. Durante las vacaciones de verano se instalará el equipamiento necesario para que el centro pueda empezar a funcionar con el comienzo de las clases.
El nuevo comedor se ubica al lado de la antigua casa del guarda, que está siendo restaurada para ser utilizada como local administrativo del campus. Este proyecto va ligeramente más retrasado que el del comedor, ya que está pendiente de una pequeña rectificación en las obras. El edificio, construido en 1911 y rehabilitado en 1925, es conocido también como el pabellón modernista y está siendo reformado por la empresa Varela Villamor. La inversión de estas obras es de 42 millones de pesetas: 32 de la Sociedade Pública de Investimento (SPI) y otros diez de la Universidad de A Coruña.
El centro, con una superficie total superior a los 328 metros cuadrados, contará con tres plantas. El edificio dispondrá, entre otros servicios, de un área de administración, otra de despachos y una pequeña sala de juntas. Los usuarios podrán acceder desde la carretera por la primera planta y desde el campus por la planta baja.
En Monte Alto, concretamente en la calle Villa de Carral, se siguen produciendo molestias tras la voladura de una gran mole de roca, según nos comunicaron algunos vecinos y personalmente hemos comprobado. Resulta que las grietas producidas en las fincas colindantes a la roca, por efectos de las explosiones sucesivas que fueron efectuadas hace unos meses, no han sido tapadas por los causantes.
Tampoco los azulejos de las cocinas, que perdieron su solidez y amenazan con caerse, han sido asegurados, pero no terminan aquí las desdichas de estos sufridos vecinos de la calle Villa de Carral, ya que algo más peligroso que amenaza el estado sanitario de todos ellos está ocurriendo desde hace un par de meses: se están derramando por el exterior las aguas residuales que antes iban a parar a un gran pozo negro, por carecer la calle de alcantarillado.
Poco antes de las once de la mañana de ayer, 10 de junio de 1950, una bicicleta que montaba el joven Raúl Vázquez Núñez, de 15 años y domiciliado en Santo Domingo número 15, primero, atropelló en el Cantón Pequeño al soldado de la Agrupación de Sanidad Militar Camilo Pereira González, de 22 años, natural de Ourense. En la Casa de Socorro del Hospital fue curado de una herida contusa punzante en el tercio superior de la mano derecha, de carácter leve.
En clave cultural, patrocinada por la Comisión de Fiestas Teresa Herrera comenzó ayer una breve temporada de ópera, integrada por figuras conocidas por haber actuado en otras muy recientes celebradas en la ciudad. La obra elegida para la presentación fue ‘El barbero de Sevilla’. La temporada dio inicio bajo buenos auspicios, que se refrendarán hoy con ‘Madama Butterfly’.
