La movilidad es una de las políticas más importantes que llevan a cabo los municipios hoy en día, de cara a un desplazamiento sostenible. En estos casos, la peatonalización o el uso de los transportes públicos (ya sea autobús o bicicleta) son los factores que más se enfatizan, pero no hay que olvidar otra infraestructura que cambia profundamente la geografía urbana: las rotondas. A lo largo de este mandato, se han ejecutado tres (las dos de Ramón y Cajal, que son solo la mitad de las que están proyectadas, pero han supuesto todo un cambio para el tráfico rodado coruñés.
Los técnicos de Movilidad señalan que, en general, las rotondas suponen una de las soluciones más eficientes para regular la circulación en un cruce. Primero, porque reduce la velocidad y segundo, porque elimina los giros a la izquierda, que son los más peligrosos, reduciendo la siniestralidad. En general, es una fórmula recomendable.
Sin embargo, en el caso de este mandato que finaliza, dos de las tres rotondas construidas suponen una herencia de la Marea Atlántica, con el objetivo añadido de ‘coser’ los diferentes tramos del carril bici. La segunda rotonda, la que regula el tráfico entre la avenida del Ejército y Ramón y Cajal, se abrió al tráfico hace unos días. Actualmente se están finalizando las obras, pero ya puede darse por completada.
Más importante es la rotonda que regula el cruce de la ronda de Nelle con la avenida de Arteixo. De hecho, se trata de una de las obras más relevantes de este mandato, y tiene la peculiaridad de que se realizó de manera improvisada, después de que los técnicos descubrieran debilidad estructural en el falso túnel que discurría por debajo de la ronda de Nelle.
El 27 de septiembre de 2021 comenzaron las obras de la glorieta que supusieron la demolición del paso a nivel y el relleno de lo que el por entonces concejal de Urbanismo, Movilidad e Infraestructuras, Juan Díaz Villoslada, había calificado de “trinchera”. Los trabajos continuaron a buen ritmo con una pausa navideña y finalizaron en el primer trimestre del año pasado.
Pero quedan pendientes para el siguiente mandato dos rotondas con un significado especial: la Xunta entregó al Ayuntamiento la propiedad del tramo de al avenida de Finisterre que transcurre por A Grela. Se construirá una nueva rotonda en la avenida de Finisterre, en el cruce de la calle Gütemberg, justo al lado de otra que se construirá en el cruce de la calle Gambrinus. Ambos puntos soportan el tráfico que entra y sale del polígono comercial de A Grela, de manera que una rotonda agilizaría al circulación.
Pero lo más importante es que fue en el cruce con Gütemberg donde se produjo uno de los accidentes de circulación más trágicos de A Coruña en los últimos años, en la Nochebuena de 2020, donde murió una pareja en una colisión. Las dos cuentan con proyectos terminados, y una se iba a licitar con urgencia.
También está pendiente de construirse la rotonda de As Rañas, en la vía de comunicación bajo la AC-14 que conecta el polígono de Pocomaco, el núcleo de As Rañas y la zona comercial de A Grela. Se anunció el proyecto hace un año, pero nunca llegó a licitarse.
Por último, cabe mencionar la rotonda de la avenida de A Sardiñeira, que será el gran acceso para los autobuses que intermodal. En el caso de los turismos, podrán acceder desde esa misma rotonda, o desde la de la avenida del Ferrocarril, a través del túnel que se creará por debajo de la estación de San Cristóbal. Las obras de la intermodal comenzaron en octubre y su plazo es de 29 meses, así que la rotonda estará lista el siguiente mandato.