El dolor puede durar 89 años, del mismo modo que la dignidad se puede recuperar nueve décadas después. El acto que protagonizaron ayer en el salón de sesiones de María Pita los ayuntamientos de A Coruña y Carballo, la Comisión para la Recuperación de la Memoria Histórica y los familiares de tres fusilados por el franquismo supuso el fin a una búsqueda que comenzó en septiembre de 1936 y que terminó con la entrega de los cuerpos a sus descendientes.
Ninguno los conoció en vida, evidentemente, pero sí fueron partícipes de una impotencia intergeneracional que uno de ellos definió así: “Mi padre y nuestra abuela se acostaron un día con una familia y ella se despertó como la viuda de un repudiado. Los futuros Pinilla ya no descenderán de una familia de desaparecidos”. Eran las palabras de Carmen Pinilla, sobrina nieta y bisnieta de Andrés Pinilla Fraga y Pedro Pinilla Calvete, padre e hijo que durante 89 años yacieron olvidados en una fosa común.
También Dolores Pujol, sobrina política de Juan Boedo Pardo, tuvo la ocasión de decir unas palabras antes de que su tío recibiese sepultura en el cementerio de San Pedro de Visma (el mismo lugar que los Pinilla). Fue un deseo y un sentir transmitido a lo largo de los años y que resumió en una intervención que duró apenas un minuto. “No sé cómo se encontrarán ustedes, pero yo estoy con el corazón en un puño”, expresó entre sollozos, antes de calificar de “buenas personas” a todos los allí presentes por lo que representaba el acto en sí. Después, mirando directamente a los restos mortales de Boedo indicó: “Tengo una conversación pendiente, tío Juan. Te conocí a través de mi suegro y me vestí de negro, por el luto, y de verde, por la esperanza que tenías en tu corazón de una libertad que ahora nosotros tenemos”.
Los restos fueron recuperados en septiembre de 2023 por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, una labor que tanto la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, como su homólogo de Carballo, Evencio Ferrero, quisieron agradecer. “Es un acto de reparación necesario para ser una verdadera democracia, que es la que honra a quienes perdieron la vida por la barbarie y el fascismo”, dijo la herculina. “En Carballo pasaron cousas tremendas para a vosa familia, pero en Carballo fomos quen de recuperar a vosa memoria”, expresó el bergantiñano mirando a los familiares y personalidades presentes en el homenaje.
Carmen García Rodeja, portavoz de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, reiteró que “cada vez que se abre una fosa se enciende una luz” y recordó el hecho de que incluso el párroco de Bértoa, en su día, pidió enterrar a las víctimas “como Dios manda”, algo que, seguramente, se parece mucho a lo que sucedería posteriormente en San Pedro de Visma. Intervinieron también el poeta Miguel Anxo Fernán Vello, así como el vicepresidente de la ARMH, Marco Antonio González.