La de Lamadosa es una avenida larga, con aparcamiento en batería, donde suelen estacionar las visitas que acuden al centro hospitalario y que no quieren pagar el parking. Pero su situación, en una zona poco poblada, entre el parque de Eirís y unas casa bajas, la hace ideal también para el robo en el interior de los vehículos. Sin embargo, en los últimos días, la Policía Nacional ha registrado varios intentos de robo de los propios vehículos.
Esta misma semana, patrulleros que se encontraban realizando labores de vigilancia por la zona descubrieron a un par de individuos manipulando un vehículo y cuando les dieron el alto, escaparon. Al examinar los coches, descubrieron que habían manipulado el bombín de por lo menos tres, lo que hace pensar que estaban tratando de llevarse uno de ellos, probablemente para cometer un robo o un atraco.
Esto ya es más inusual. Hay que diferenciar entre el robo en vehículos, que normalmente protagonizan toxicómanos y elementos marginales, del robo, realizado por criminales más profesionales. En el primer caso, emplean una piedra u otro objeto contundente para romper el cristal de la ventanilla y llevarse cualquier objeto del interior para luego revenderlo.
Pero los que roban vehículos se ven obligados a desactivar los sistemas informáticos con los que van equipados, además de forzar el bombín. Desgraciadamente para ellos, muchas veces no consiguen reprogramar el vehículo, de manera que tienen que probar en más de uno. Ya se habían denunciado intentos de robo de este estilo desde enero, y esta vez no fue diferente. Estos ladrones aprovechan también para llevarse cualquier objeto valioso, aunque no sea su propósito principal, así que también se ha denunciado alguna sustracción.
Cuando llegó la Policía Nacional en la madrugada del domingo al lunes, el motor estaba ya arrancado, así que solo por un minuto los ladrones no consiguieron huir con él. Pero es probable que vuelvan a intentarlo, tarde o temprano.