Cierran un local en la zona de la Cormelana cuya gerente había tachado de machistas a los policías locales

Cierran un local en la zona de la Cormelana cuya gerente había tachado de machistas a los policías locales
De picos pardos se encuentra entre las calles Perillana y Picos | Quintana

La Policía Local cerró el viernes un local en Perillana, una de las calles que componen la principal zona de ocio nocturno de la ciudad. El motivo era que se había descubierto que la gerencia del local había manipulado los sonógrafos que miden el nivel de ruido que se produce dentro del local. Por lo menos habría ocurrido en dos ocasiones.
 

El local, De picos pardos, se encuentra en la confluencia de las calles Perillana y Picos, y había sido el escenario de cierta polémica en septiembre el año pasado, cuando la responsable  acusó al Ayuntamiento de haber cerrado de forma irregular su terraza y, además, afirmaba que los agentes habían realizado comentarios machistas.
 

La versión de la gerencia entonces fue que los agentes habían insinuado que, al ser mujer, no era capaz de controlar el comportamiento de sus clientes en la terraza. La asociación profesional de la Policía Local había salido en defensa de los funcionarios, alegando que el incidente había surgido en el transcurso de una vigilancia rutinaria de las terrazas, que dos de los agentes eran mujeres, que no tenía permiso para instalar esa terraza y que solo le habían dicho que tenerla abierta implicaba un compromiso para mantener el orden. Se llegó a convocar una manifestación, pero no se celebró. 
 

Los agentes cuestionados señalan que la empresaria no es muy colaborativa, y que se ha enfrentando en diversas ocasiones con la Policía Local cuando se le descubren infracciones a la normativa: “Le descubrimos en enero, la sancionamos y tenía tiempo para ajustarse a la normativa, y no lo ha hecho”. El resultado es que desde la Concejalía de Urbanismo le han invalidado la declaración responsable, que es el procedimiento que ha sustituido a la licencia en los últimos años. Es decir, que incluso si el local se traspasara, el nuevo gerente no podría abrir a menos que pasara una serie de trámites que probaran que está al corriente de la normativa.  
 

Casos anteriores 

Muchos de estos ceses de actividad son temporales. Después de cerca de cuarenta días de cierre obligado, el Grietax, un mítico local del ocio nocturno, volvió a abrir el nueve de junio sus puertas con permiso de Urbanismo, que dio por subsanadas las deficiencias que provocaron su clausura. “Era lógico que se abriera, porque cambiaron de titularidad desde la última sanción que tuvieron, de manera que no cuenta como reincidencia: es un truco que utilizan todos los pubs”, señalaron desde la asociación de vecinos Ensenada del Orzán. Medidas como la retirada de la declaración responsable permite prevenir esta argucia. 
 

La Concejalía de Urbanismo se está mostrando estricta a la hora de sancionar a los locales que no cumplen la normativa, especialmente por los ruidos. Los vecinos se quejan continuamente y el Ayuntamiento trata de dar una respuesta a las quejas que, al mismo tiempo, concilie el ocio nocturno.
En mayo, se cerraron varios locales. No solo el Grietax, sino también La cabaña del mojito, en el Orzán, y el Nancy’s, en la ronda de Nelle. La mayoría, por manipular el sonógrafo, una de las prácticas más habituales entre los empresarios menos respetuosos de la normativa. Pero los cierres de locales no tienen lugar hasta después de reiteradas infracciones, aunque a menudo vienen acompañadas de multas cuantiosas, de hasta cien mil euros.

Cierran un local en la zona de la Cormelana cuya gerente había tachado de machistas a los policías locales

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