La Barrera, Os Mallos o Peruleiro: la ciudad tiene doce ‘zonas calientes’ de okupación

La Barrera, Os Mallos o Peruleiro: la ciudad tiene doce ‘zonas calientes’ de okupación
Desalojo de un inmueble okupado en la ronda de Nelle, en febrero de este año | quintana

El fenómeno de la okupación se extiende por diferentes áreas de la ciudad. Si en Galicia se estima que hay hasta 600 viviendas apropiadas de forma ilegal, un 60% de estas se localizan en la provincia de A Coruña. La ciudad no se libra de esta tendencia, y es que la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) enumera hasta doce zonas calientes de okupación. 
 

La Barrera, avenida de Arteixo, calle San Lucas, calle Barcelona, Monte Alto, avenida de Peruleiro, calle de la Paz, ronda de Nelle, Agra do Orzán, A Zapateira, calle de Eladio Rodríguez y Padre Busto son las áreas donde más asaltos se producen. Es, además, la ciudad gallega que más zonas vulnerables registra, por lo que no se limita solo a barrios periféricos o calles alejadas.

 

Incremento de allanamientos

“La problemática de la okupación de una propiedad se está cronificando en Galicia, constituyendo ya un grave problema social al no existir una respuesta jurídica uniforme a un problema que se está enquistando”, señala el informe elaborado por la patronal inmobiliaria, que cifra en un 15,3% el incremento de los allanamientos con respecto al año pasado, un máximo histórico en Galicia desde que hay registros.
 

La duración media de los procedimientos judiciales de desalojo por okupación en Galicia es de catorce meses. Es por ello que desde Fegein instan a reformar la Ley de Enjuiciamiento Civil y Penal para que los desahucios se lleven a cabo sin esperar la autorización de un juez. El presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias, Benito Iglesias, asegura que es difícil saber la titularidad de las viviendas okupadas, “aunque calculamos que aproximadamente un 60% son de procedencia bancaria y Sareb. En el resto estarían particulares, fondos de inversión y propiedades vacías de administraciones públicas”. 

 

Iglesias añade, además, que es importante recordar que “la zona, barrio o urbanización donde está una propiedad okupada la convierte inmediatamente en insegura para el resto de vecinos, y con numerosos conflictos de convivencia por altercados varios y delincuencia. Deprecia no solo el valor de la propiedad okupada, sino también el del resto de propiedades de la zona, por lo que las entidades financieras harían bien en dar una pensada a si merece la pena ejecutar hipotecariamente una propiedad para después abandonarla a su suerte y que pierda casi todo su valor en el mercado, ya que la totalidad de estas propiedades, cuando se recuperan, quedan en un estado calamitoso”.
 

El presidente de la patronal considera que “la realidad es que estamos peor que nunca y con unas perspectivas de empeoramiento de la situación en nuestra comunidad autónoma, debido a una legislación que no afronta la problemática actual”. 
 

Esta misma semana la Policía Local recibió la  denuncia de una nueva okupación en el barrio de Os Mallos. En este caso se trata de un inmueble situado en la calle de Mariana Pineda.

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