Los accidentes graves crecieron en 2024 por la reactivación de la construcción

El incremento es moderado porque cada vez se respetan más las medidas de seguridad
Los accidentes graves crecieron en 2024 por la reactivación de la construcción
Escenario del accidente laboral que tuvo lugar a principios de mes, cuando un hombre se precipitó desde un andamio, con una altura de un quinto piso | Jorn Lucas

Trabajar puede considerarse un derecho o una obligación, dependiendo de la situación de cada uno. Lo que no puede ser es inseguro. A Coruña vivió un recordatorio de ello hace diez días, cuando un hombre se precipitó desde un quinto piso cuando estaba en un andamio en la avenida de A Gramela, en el Agra do Orzán. Salió con vida, pero sufrió heridas de carácter grave, con un traumatismo craneoencefálico. Afortunadamente, hay pocos accidentes así en A Coruña: el año pasado fueron 42 los siniestros laborales graves,  sin contar otros dos que fueron mortales. Por supuesto, muchos de ellos tuvieron lugar en el sector de la construcción, pero hay que tener en cuenta que, a pesar de que la actividad en este sector se ha disparado, no lo ha hecho de igual manera el número de siniestros graves, que en 2023 habían sido 33 (el número de muertes fue el mismo). Añadiendo a esta cuenta los leves, el número de siniestros laborales fue de 3.148, frente a los 3.235 del año anterior. 


Los datos de la Xunta no desglosan a nivel local cuántos accidentes pertenecen al sector de la construcción, pero sí lo hacen a nivel provincial: en 2024 resultaron 12.266, 1.381 (diez de ellos, mujeres) en el sector especialista de la construcción y otros 637 por construcción de edificios. El año anterior, las cifras  habían sido muy similares: 1.355 en actividades de construcción especializada y 687 de construcción edificios. Son muchos más que en cualquier otro ámbito, pero llama la atención que no han crecido a pesar de que la construcción está experimentado un nuevo auge, producto de la urgente demanda de vivienda, lo que pone de manifiesto los esfuerzos del sector por mantener las medidas de seguridad en una actividad intrínsecamente peligrosa. 


Como señala un experto en prevención de riesgos laborales, “es un sector donde los riesgos que hay son más grandes. La maquinaria es un factor importante y estás trabajando en situaciones que se producen caídas”. Sin embargo, no ha aumentado el número de accidentes. “La seguridad se cuida bastante. Yo he estado en muchos sectores y se cuida mucho más que en otros porque no quedan más remedio”, afirma este experto, que señala tres razones básicas: el primero, la imagen. Si una empresa registrara demasiados accidentes laborales, su reputación quedaría dañada. El segundo, las multas: todo accidente laboral es investigado por la Policía Nacional. Y el tercero, la falta de mano de obra.   


“Eso antiguamente no era importante, pero ahora tienes un accidente con un obrero y no encuentras otro”, apunta el experto en seguridad laboral. 


La mayor parte de las veces no se trata de un desprecio deliberado a la seguridad. “Lo más típico son los despistes aunque, cuando sales de las grandes ciudades como A Coruña, el control disminuye, porque es más difícil vigilar un pueblo perdido”, comenta.   


Y, desde luego, están los propios obreros: “Los hay concienciados y otros a los que hay que estar más encima. Incluso con los cascos. Todos lo llevan cuando es indispensable, con maquinaria, cuando lo dice el libro pero, cuando está trabajando solo en una explanada, a lo mejor piensa que le vale de poco, pero no es así”. Con el cambio generacional, los veteranos son los más concienciados (y los que más siniestro sufren) e ilustran a los recién llegados. Antes no ocurría así, pero lo tiempos cambian. 

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